lunes, 12 de agosto de 2013

Con una diferencia de 5,4%, ganó Massa con el Frente Renovador sobre Martín Insaurralde. Se impuso, incluso, en distritos K como Avellaneda, Lanús y Tres de Febrero.

Sergio Massa con su mujer y un hijo festejan el triundo esta noche en Tigre. (Marcelo Carroll)

Las Primarias en la provincia de Buenos Aires ratificaron que en el distrito clave de la política argentina surgió un nuevo protagonista: Sergio Massa. Y que se propone, como dijo anoche desde el complejo Pipa del puerto de frutos de Tigre, organizar "un nuevo frente político" que exprese "la potencia de la clase media argentina". 

En un escenario de polarización, el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde quedó a sólo cinco puntos, una brecha mucho menor de la que expresaban las encuestas al inicio de la contienda electoral. 

El ex jefe de Gabinete dijo a la multitud que lo escuchaba que el objetivo del Frente Renovador será "asumir la representación política" de los sectores medios. "Hoy empezamos a recorrer un nuevo camino. Vamos a dar una vuelta de página más en nuestra historia política", definió. Sus palabras se escucharon pasadas las 22:45. Massa se convirtió desde anoche en la gran esperanza del establishment aunque respaldado por una porción significativa del electorado bonaerense. 
 
A la amplia diferencia en el corredor norte de la primera sección electoral, donde Massa tiene su zona de influencia, se le sumó ayer una buena performance del Frente Renovador en comunas que solían ser fortalezas del peronismo kirchnerista: Merlo, Moreno, Avellaneda, Ituzaingó, entre otros municipios, mostraron números importantes para el ex jefe de Gabinete. Si se analiza por secciones electorales, el triunfo de Massa se construyó sobre algunas sorpresas, como una mayor paridad en la tercera sección (el FPV superó allí por cinco puntos al Frente Renovador, cuando se esperaba una diferencia mucho más holgada).

El resultado abrió un interrogante sobre cómo reaccionará el kirchnerismo tras los resultados electorales del oficialismo, que de todas formas sigue siendo la primera minoría a nivel nacional. Anoche, en su contacto con los simpatizantes y con los medios que la aguardaban en el segundo subsuelo del Hotel Intercontinental, Cristina reconoció que la elección "obviamente desatará fuerzas y movimientos muy fuertes". La mandataria evaluó que el escenario político resultante de estas PASO "obligará a redoblar el esfuerzo" por parte del gobierno. "Vamos a seguir trabajando, porque es lo que mejor sabemos hacer: trabajar. Y mi gran responsabilidad es darle gobernabilidad a la Argentina", subrayó la jefa de Estado para delinear cuáles serán sus prioridades en las próximas semanas: fortalecer al gobierno y evitar la fuga de legisladores hacia un nuevo polo de poder, motorizado por Massa.

Otro de los interrogantes que generó el triunfo del alcalde de Tigre es qué pasará con las lealtades de los intendentes que apoyaron al candidato del FPV. Anoche, en la exultante pantalla de TN, periodistas y encuestadores pronosticaban un inminente éxodo de dirigentes kirchneristas hacia el Frente Renovador. La presidenta pareció aludir a ese interrogante –clásico en todo proyecto que atraviesa dificultades, y clásico en el peronismo, un movimiento que suele hablar de la lealtad como una bandera irrenunciable pero no la ejerce tanto en la acción cotidiana–, cuando mencionó algunos resultados impensados a favor y en contra del FPV. En su discurso ante las cámaras, Cristina apareció en el palco acompañada por el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo; el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; y el gobernador Daniel Scioli, todos bonaerenses. Ellos estarán llamados a jugar un rol en el período que se abrirá entre el día después de las PASO y las elecciones generales del 27 de octubre. Anoche, en uno de los momentos más íntimos de la jornada, la presidenta estuvo acompañada por su familia, el titular de Diputados y la diputada Juliana Di Tullio, otra dirigente de la provincia de Buenos Aires.

El desempeño de Insaurralde fue uno de los temas de reflexión de la noche. La propia presidenta recordó que hasta hace un mes "lo conocía apenas el 20% de los bonaerenses". "Ha hecho una preelección muy buena, excelente, y que todavía se puede mejorar mucho", agregó luego Cristina. El desafío que tendrá el FPV será mantener unida a la base de 78 intendentes que respaldó al joven intendente de Lomas de Zamora (sobre un total de 135 municipios) y tratar de sumar votos entre quienes no hayan optado por él. Massa, por el contrario, ya mostró algunas de sus cartas con vistas al 27 de octubre. Anoche le agradeció a los que no lo votaron "esta vez", con un mensaje conciliador y aperturista, en la que no faltó la mención al Papa Francisco. Su estrategia, queda claro, incluye el esfuerzo por seducir hasta a los votantes del FPV. El tablero se completará con Margarita Stolbizer, quien logró superar por 1 punto porcentual a Francisco de Narváez y se quedó con el tercer lugar, contra la mayoría de los pronósticos. Los votantes que los eligieron serán clave en la competencia de fondo.

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