miércoles, 17 de abril de 2013

Fariña inhibido, la novela continúa

Lo resolvió el Juzgado Federal Nº 2 de La Plata, por una deuda que el contador tiene con la AFIP por Ganancias e IVA. La medida fue adoptada el 10 de abril, pero se notificó en las últimas horas.


La decisión del juez Adolfo Ziulu es ajena al escándalo que se desató tras la difusión de un informe televisivo que lo vincula al empresario Lázaro Báez y la supuesta comisión del delito de lavado de dinero.

Según supo Infobae, se trata de una deuda de $274.000 que Fariña tenía con la AFIP en 2011, en relación a los aportes del impuesto a las Ganancias y de IVA.

Técnicamente, la Justicia actúa ante lo que se denomina "deuda presunta". Como el denunciado (en este caso Fariña) no conformó esa deuda ante la denuncia de la AFIP, la Justicia trabó la inhibición general de bienes, decisión que tomó el pasado 10 de abril.

Asimismo, Fariña también había sido investigado por la fiscal Virginia Bravo por el supuesto delito de enriquecimiento ilícito, en una causa iniciada tras la denuncia de un abogado. Pero la misma fue archivada en noviembre del año pasado ante la imposibilidad de dar con el denunciante.

El continente reconoce la legitimidad de Maduro en Venezuela. Durante los festejos del PT, Lula declara: "de tanto en tanto los estadounidenses se dedican a poner en duda una elección ajena. Deberían preocuparse por ellos mismos y dejar que nosotros elijamos nuestro destino"

Luiz Lula da Silva celebró la victoria electoral de Maduro como presidente de Venezuela y fustigó el apoyo norteamericano para que se vuelvan a contar los votos de la elección como impulsa el opositor Capriles a la par de no reconocer la Casa Blanca la victoria del chavismo

"Cuando uno está en el cargo hay cosas que no se pueden decir, por diplomacia, pero ahora lo puedo decir: de tanto en tanto los estadounidenses se dedican a poner en duda una elección ajena. Deberían preocuparse por ellos mismos y dejar que nosotros elijamos nuestro destino", afirmó, tajante, el ex presidente de Brasil entre 2003 y 2010, este lunes, en Belo Horizonte, en un acto junto a la actual mandataria, Dilma Rousseff, en una reunión de festejo de los diez años del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder.

Lula pidió a la multitud de militantes un aplauso para la elección de Maduro en Venezuela, en tanto Rousseff llamó por teléfono al presidente electo, lo felicitó y dijo públicamente que estaba "lista para trabajar juntos".

Lula participó de la campaña venezolana con un video apoyando a Maduro, heredero del fallecido Hugo Chávez, para las elecciones del domingo último.

La Casa Blanca había dicho que un recuento de los votos en Venezuela sería "importante, prudente y necesario para asegurar la confianza de los resultados".

A diferencia de otros de sus principales socios en la región, como México o Colombia, Estados Unidos se niega a reconocer, por el momento, a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela. El Departamento de Estado se encuentra en contacto con la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos para coordinar una respuesta ante la decisión del Consejo Nacional Electoral de Venezuela de conceder la victoria al sucesor político de Hugo Chávez sin haberse efectuado el recuento final de los votos, como solicitó el candidato opositor, Henrique Capriles.

Preguntado expresamente sobre si EE UU reconocía a Maduro como el presidente legítimo de Venezuela, el portavoz del Departamento de Estado, Patrick Ventrell, se ha mostrado evasivo. “EE UU no está en ese punto todavía”, ha indicado. El día anterior, Ventrell dejó muy claro que no debería producirse ninguna proclamación oficial del vencedor en el país sudamericano, hasta que no se efectuara el recuento de votos, que también apoyó la OEA. Sin embargo, eludió pronunciarse sobre el hipotético caso de que eso no sucediera y el candidato oficialista fuera nombrado presidente.

Esa hipótesis ya es una realidad y el Departamento de Estado no ha ofrecido una respuesta demasiado contundente. “Es difícil de entender que el Consejo Nacional Electoral de Venezuela haya reconocido a Maduro como ganador de las elecciones sin esperar al recuento final”, se ha limitado a constatar Ventrell. En esa misma línea, el lunes, la Unión Europea (UE) se limitó a decir que “tomaba nota” de la victoria del candidato chavista.


Los tambaleos de Capriles, por Felipe Yapur.

Luego de que el candidato antichavista convocara a movilizaciones el lunes por la noche, se produjeron siete muertes, todas de militantes del PSUV. En un clima de creciente tensión, Maduro pidió "radicalizar la revolución" y su rival en los comicios reiteró las denuncias de fraude.
Si sólo se tratara de una guerra dialéctica es posible que la tensión hubiese disminuido al menos un poco en Venezuela. Sin embargo, eso no sucedió porque entre la noche del lunes y la madrugada de ayer se produjo la muerte violenta de siete personas. 
Todas las víctimas son militantes chavistas que murieron por el ataque de seguidores del derrotado Henrique Capriles durante el asedio a sedes del PSUV, el partido oficialista, y Centros de Diagnósticos Integrales (CDI), donde atienden los médicos cubanos. En ese sentido, el presidente Nicolás Maduro fue contundente al señalar que el líder opositor "es responsable de los muertos que estamos velando, se lo digo yo, presidente de la república y usted tiene que responder por todo lo que hizo". Más aun, tildó al gobernador del Estado de Miranda de "cobarde asesino" por haber llamado a manifestarse en forma violenta contra el resultado del comicio sin medir consecuencias.
Más tarde, Capriles intentó desconocer esa acusación ignorando las muertes y concentrándose sólo en el supuesto fraude que lo tuvo como principal perjudicado. De todas formas anunció la suspensión de la marcha convocada para hoy. Por ahora, prefiere continuar convocando a cacerolazos esperanzado por el respaldo que obtuvo del gobierno de los Estados Unidos y del titular de la OEA.
La estrategia de Capriles parece tambalear. Las muertes violentas que provocaron sus seguidores bien podrían haber generado una reacción del mismo estilo por parte del chavismo que, además, cuenta con las herramientas del Estado. Sin embargo, el presidente Maduro llamó a mantener la calma, la paz y respetar la democracia. En todo caso, la "venganza" chavista se expresó con la decisión del gobierno de trasladar a la justicia la investigación de los asesinatos. "Puede tener garantía Venezuela y el mundo, de que no vamos a caer en la violencia, yo soy un demócrata, un cristiano", afirmó el presidente Maduro. ¿Qué hubiera pasado si yo me vuelvo loco, como el candidato de la burguesía, y llamo al pueblo a la calle, a la violencia? Usted (por Capriles) es el responsable de todo lo que está ocurriendo", dijo durante la inauguración de un Centro de Diagnóstico Integral similar a los que sufrieron ataques y donde incluso un matrimonio resultó muerto.
Maduro evitó caer en la provocación y ya comenzó a gobernar. Ayer además de la inauguración del centro de salud, condujo una reunión con los más altos funcionarios de la potente y estratégica petrolera estatal PDVSA. En ambos encuentros ratificó que las elecciones presidenciales del pasado domingo fueron transparentes, constitucionales, legítimas y verificadas incluso internacionalmente.
"Nadie está por encima de la Constitución. Yo no traiciono a mi pueblo, poniéndome de acuerdo con un burgués para violar los resultados electorales, para cambiar la voluntad popular. Conmigo no cuentes, burgués", dijo. Luego destacó que si la oposición sigue con los hechos de violencia en el país, está decidido a radicalizar la Revolución Bolivariana. "Aquí no hay pacto con la burguesía. Aquí lo que hay es una revolución. Si siguen con la violencia estoy dispuesto a radicalizar la revolución", expresó. Fue en este contexto que luego anunció que no autorizará la realización de la marcha prevista para hoy convocada por Capriles. Para el chavismo esta medida es la mejor forma de evitar el encuentro callejero entre oficialismo y oposición, de imprevisibles consecuencias.
Los hechos de violencia afectaron los planes de la oposición. Capriles intentó reducir el daño que le infligió su propia gente. Durante la tarde de ayer, en una conferencia de prensa, buscó despegarse de esos sucesos y acusó al gobierno de ser el verdadero instigador de las causas que llevó a que se produjeran las muertes. Es más, aseguró que no iba a "pisar el peine" que Maduro le estaba armando porque, entiende, las afirmaciones de Maduro tienen como objetivo el ocultar lo que considera como el verdadero problema: su exigencia de que se auditen todos los votos y no sólo el porcentaje que impone la ley, el 54% de las urnas. En ese sentido, anunció la suspensión de la marcha que había convocado para hoy: "El gobierno es el que quiere la violencia", dijo con exagerada convicción pero ni siquiera se lamentó por las muertes. Es más, advirtió que llegaba a esta decisión fruto de una serie de informes que le habrían acercado miembros de la Fuerza Armada Bolivariana (FAB), agentes de los servicios de inteligencia local e incluso empleados públicos, sobre la posible infiltración que planificaba el gobierno en la marcha que pensaba encabezar. "La arrechera (enojo) es mejor pagarla con las cacerolas y no con nuestros hermanos", dijo en un elíptico reconocimiento de que las muertes fueron provocadas por sus seguidores. Es más, pidió a su gente que sólo continúen los cacerolazos, pero advirtió que debían realizarlos dentro de sus casas. Al cierre de esta edición, la noche de Caracas era musicalizada nuevamente por cacerolas y bombas de estruendo.
En un día que lo mostró particularmente activo, Maduro habló nuevamente durante la inaiguración de un hospital en el céntrico estado de Aragua. En esta opcasión, la tercera de la jornada, llamó a salir a la calle y para concretar un "gran cohetazo" para hacerle frente al "cacerolazo" que por segundo día consecutivo convocó Capriles.
"Si ellos convocan al cacerolazo del odio, nosotros convocamos al cohetazo bolivariano y popular", dijo Maduro."Que vengan por mi si quieren, estoy listo para rendir mi vida pero quiero paz para este pueblo", afirmó, para espetarle al opositor que "los golpistas ya empezaron a recular hoy, a retroceder, pero por mucho que retrocedas tienes que verle la cara a la justicia más temprano que tarde".
Más allá de los cruces dialécticos, lo cierto es que la muerte de siete personas parece haberse convertido en una lamentable y única válvula de escape que permitió, al menos por ahora, disminuir la presión que provocó la decisión del derrotado Capriles de resistir en las calles el resultado electoral de la Venezuela bolivariana. «