Según informa PressTV, los participantes están llevando a cabo sus principales acciones en la capital del país, Damasco, y aseguran que se mantendrán en sus posiciones hasta que las amenazas militares se detengan o hasta que sean asesinados.
Docenas de personas agitan banderas sirias y pancartas con mensajes como "No toquéis Siria" o "Irak no sucederá de nuevo" frente a cámaras de televisiones locales e internacionales.
"No tenemos miedo y les prometemos que vamos a tomar represalias", declaraba el estudiante Ali Habib, de 20 años de edad. "Vamos a abandonar nuestras universidades para poder participar en la guerra y en las confrontaciones."
El organizador del movimiento, Ogarit Dandash, periodista del canal libanés Al Mayadeen, dijo que cientos de personas de toda Siria y del vecino Líbano ya se han unido al escudo humano y que en los próximos días las acciones se ampliarán para proteger lugares que creen que podrían convertirse en blancos de los ataques de EE.UU. Dandash también comenta que desde el lunes, día en que empezó la acción, ha recibido llamadas de personas de todo el mundo pidiendo permiso para unirse a ella.
El 21 de agosto, los militantes de la oposición siria que operan en el país y los rebeldes en el extranjero afirmaron que 1.300 personas habían muerto en un ataque químico realizado por el Gobierno en bastiones militantes de los suburbios de Damasco de Ain Tarma, Zamalka y Jobar.
Varios países occidentales, incluyendo EE.UU., Francia y el Reino Unido, se apresuraron a adoptar una retórica de guerra contra Siria, a pesar de que Damasco rechazó categóricamente haber jugado papel alguno en el ataque químico. El Gobierno sirio anunció más tarde que el ataque tóxico en realidad lo habían llevado a cabo los propios militantes para provocar la intervención militar de Occidente.
El 27 de agosto se hicieron más fuertes las especulaciones sobre la posibilidad de un ataque militar contra Siria. Sin embargo, más tarde, los llamamientos internacionales contra una posible guerra parecieron haber obligado a algunos de los países agresores a bajar el tono de sus posturas. El Parlamento del Reino Unido no aprobó la propuesta del Gobierno de participar en el ataque contra Siria.
Por otro lado, el 31 de agosto el presidente de EE.UU., Barak Obama, afirmó que era necesario llevar a cabo una operación militar contra "el régimen de Al Assad", pero esta depende de la aprobación en el Congreso, al que ahora exhorta a votar de manera urgente a favor de la propuesta.
Francia, por su parte, también ha tratado de reforzar los argumentos para la intervención militar presentando 'pruebas' de que el Gobierno sirio estuvo detrás del ataque del 21 de agosto.
Las amenazas de Occidente se producen a pesar de las advertencias de la ONU y las repulsas a la operación militar por parte de Irán, Rusia y China.
