jueves, 25 de abril de 2013

El ministro Lorenzino no pudo responder y paso un papelón con una periodista griega. Apenas atinó a decir "Me quiero ir".

El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, protagonizó un episodio bochornoso en la televisión griega al interrumpir una entrevista donde le consultaron por la inflación argentina. Luego de titubear, respondió con firmeza: 
“Me quiero ir”.
En el inicio del programa helénico, se mostró un informe sobre la economía del país, en el cual ciudadanos argentinos desmintieron la polémica estadística del INDEC que se puede comer con escasos 6 pesos.

“Es un modelo de desarrollo con inclusión social”, inició la entrevista el ministro Lorenzino.

Luego, la periodista enviada del país helénico a la Argentina, comenzó a interrogar:

- “Tengo una pregunta simple para usted, que por estos días parece muy complicada”, dijo. “¿Cuál es la inflación de la Argentina en estos momentos?”.

- “Las estadísticas oficiales argentinas registran mes tras mes la inflación y esa es la inflación con la cual…. Es la única inflación posible… es la única oficina pública encargada y con capacidad técnica para medir cualquier estadística es el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos que depende del Ministerio de Economía”, contestó el intranquilo Lorenzino.

- “¿Pero de cuánto es en este momento?”, insistió la colega.

- “Creo que el acumulado de estos 12 meses es 10.2…”, respondió el ministro.

- “El FMI en diciembre dijo que impondrá sanciones al país por las estadísticas defectuosas que ustedes difunden, ¿qué van a hacer al respecto?”, volvió a cuestionar la colega.

Ante esta pregunta, el nervioso Lorenzino no pudo responder, pidió disculpas y dijo: “¿puedo cortar esto?”.

La cámara se apagó, pero siguió grabando el audio, y el ministro miró a su asesora y confesó: "Me quiero ir. Hablar sobre la inflación en la Argentina es complejo".

Esta asesora le explicó a la periodista: "Nosotros no hablamos ni con los medios argentinos de la inflación". Y la cronista griega retrucó: "Es el primer tema de la economía. Todos en la calle hablan de la inflación. Si yo no pregunto esto, no hago mi trabajo bien".

La Cámara Baja aprobó las reformas a la Magistratura y sigue el debate


La oposición objetó que el registro electrónico de la votación del artículo 2 marcó 128 votos, uno menos que los necesarios, pero el oficialismo afirmó que el sistema no había registrado los votos positivos de Alicia Comelli y Juan Carlos Forconi.

Luego de una maratónica sesión, cargada de acusaciones cruzadas entre el oficialismo y la oposición, la Cámara baja aprobó en general, a las seis menos veinte de la mañana, por 130 votos a favor y 123 en contra la primera de las iniciativas en debate, la modificación del Consejo de la Magistratura y la elección popular de sus miembros, que deberá volver en revisión al Senado. Mientras se realizaba la votación artículo por artículo, donde el oficialismo alcanzó los 130 votos necesarios, la oposición cuestionó el resultado de la votación del artículo 2, que establece el número de miembros del Consejo, y luego de un cuarto intermedio, decidió retirarse del recinto en bloque. El kirchnerismo, finalmente, pidió repetir la votación del artículo cuestionado, y obtuvo por segunda 130 votos positivos.

La sesión especial se desarrolló en un marco de acusaciones cruzadas entre el Frente para la Victoria y la oposición, que planteó que este proyecto politizará la justicia, y tuvo momentos de tensión a partir de la denuncia de Elisa Carrió acerca de un supuesto pacto entre la presidenta Cristina Kirchner y el titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, que también alcanzó a todos sus pares, incluidos los de su propia bancada.

Las reformas incorporadas a pedido de los camaristas de mantener en órbita de la Corte Suprema el manejo del personal y administrativo del Poder Judicial, no cambió el eje central de la propuesta que es la votación directa de los seis académicos, tres jueces y tres letrados; la designación de jueces subrogantes, los concursos previos para designar magistrados, y la reformulación de las mayorías.

Los contrapuntos entre el oficialismo y la oposición comenzaron ya antes de que el cuerpo entrara de lleno en el debate de las iniciativas, cuando la diputada Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, planteó una cuestión de privilegio contra Diana Conti por considerar que como presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales había "impedido" el debate.

Las afirmaciones de Carrió fueron respondidas en el recinto por la propia Conti, quien sostuvo que los doce invitados que ayer expusieron sus opiniones sobre la reforma judicial en el plenario de comisiones fueron convocados por pedido de la oposición y le anticipó a Carrió que su planteo quedará "cajoneado" en la Comisión de Asuntos Constitucionales.

La Presidenta de comisión de Asuntos Constitucionales, Diana Conti, dijo que esperaba "que la participación popular logre los deseados frutos de democratizar un Poder Judicial que no ha logrado trasvasar ese ímpetu que marcó la renovación de la Corte Suprema al resto de los integrantes del Poder Judicial".

En tanto, los cuestionamientos de la oposición al proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura quedaron expresados por los radicales Oscar Aguad, Ricardo Alfonsín, y Mario Negri, Margarita Stolbizer del GEN, Federico Pinedo del PRO, Elisa Carrió de la Coalición Cívica y el peronista federal Eduardo Amadeo.

Uno de los planteos de la oposición fue que la elección popular es inconstitucional y politizará la justicia, lo que fue replicado por el diputado Carlos "Cuto" Moreno, quien brindó claros ejemplos de miembros del Consejo de la Magistratura con una reconocida actividad partidaria. Moreno sostuvo que “todos los jueces hacen política” y contradijo así el discurso de quienes dicen que el sistema actual garantiza una separación entre la política y el Poder Judicial.

Para explicar su afirmación, el legislador kirchnerista remarcó que “todos sabemos que (Daniel) Ostropolsky”, integrante del Consejo de la Magistratura, “es un militante del radicalismo” y que Alejandro Fargosi, otro consejero, “es militante del PRO”. También resaltó el origen “radical” del juez y miembro del Consejo de la Magistratura, Ricardo Recondo, sobre quien se preguntó: “¿Alguien tiene en claro que no es opositor? ¿Alguien tiene en claro que no es radical?”.

Uno de los primeros opositores en hablar fue el radical Oscar Aguad, quien aseguró que la reforma del Consejo "es anticonstitucional porque colisiona con el artículo 114 de la Constitución" y "somete a los jueces a tener una camiseta partidaria".

En tanto, Margarita Stolbizer, entre sus objeciones a la iniciativa del oficialismo, cargó contra la equiparación de los requisitos para formar parte del Consejo de la Magistratura con los requeridos para ser diputado nacional: "Estamos renunciando al requisito de la idoneidad", sostuvo.

El momento de mayor tensión fue cuando Carrió repitió su teoría de un pacto "espurio" entre la presidenta de la Nación y el presidente de la Corte, y arremetió contra oficialistas y opositores sin distinción, e incluyó a miembros de su propia agrupación política.

Por su parte, el presidente del bloque Socialista, Juan Carlos Zabalza, expuso los fundamentos del voto negativo del interbloque del Frente Amplio Progresista (FAP) al proyecto de modificación del Consejo de la Magistratura, al afirmar que "lo partidiza y se aparta de la Constitución Nacional".

En tanto, el presidente del bloque del PRO, Federico Pinedo afirmó que el proyecto que establece el voto popular para elegir los jueces, académicos, y letrados del Consejo de la Magistratura "es una agresión violenta de la Constitución y a los derechos humanos de cada uno".