jueves, 4 de julio de 2013

Megacausa La Perla: “Les deseo la vida eterna para que por hartazgo digan dónde están".

En el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura en Córdoba, el testigo Ricardo Omar Vissani, secuestrado el 14 de abril de 1976 y recluido en el campo de concentración de La Perla y la Penitenciaría, manifestó que le gustaría que “algún día también estén en el banquillo de los acusados las complicidades civiles: la jerarquía eclesiástica, las autoridades judiciales y universitarias”.

Como ejemplo de la “complicidad objetiva y la participación imprescindible de la Iglesia en el Terrorismo de Estado”, citó la actuación del capellán del Tercer Cuerpo de Ejército en la cárcel de barrio San Martín, Eduardo McKinnon: “Se acercaba teóricamente para contenernos espiritualmente. A cada uno de los que supuestamente contuvo y escuchó, posteriormente lo fusilaron”.

Asimismo, cuestionó la “connivencia de la Justicia” con la represión, al recordar que la única entrevista que mantuvo con su defensor oficial, Antonio Cornejo, “tuvo el mismo tenor que los interrogatorios de La Perla”. En el abanico de complicidades civiles, incluyó a “las autoridades universitarias”, que lo expulsaron de la Facultad de Medicina por haber sido militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores.

No obstante, tras recuperar su libertad Vissani pudo recibirse y llegó a ser director del Hospital de Urgencias. En referencia a los represores, el testigo sostuvo: “Nos mataron a treinta mil compañeros y todavía hay algunos gobernantes, como el de Córdoba (José Manuel de la Sota), que dicen que hay que reconciliarnos”.

“Estos señores nunca se van a reconciliar, pero sí les deseo la vida eterna para que algún día, aunque sea por hartazgo, nos digan adónde están los cuerpos y los niños que se robaron”, concluyó el actual referente del Movimiento Evita Córdoba.

También declaró ayer María del Carmen Pérez, militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) secuestrada el 13 de abril de 1978, quien describió los métodos de torturas e interrogatorios a los que eran sometidos en La Perla e identificó a los acusados Francisco Melfi, Jorge Heredia y Ernesto Barreiro y por los sobrenombres a “Gino” (Orestes Padován), “Vergara” (Carlos Alberto Vega) y “Gato” (Carlos Villanueva).

Otro de los sobrevivientes que testificó fue Fidel Ángel Castro, también ex militante de la UES, secuestrado el 22 de junio de 1978, cuando se presentó a la revisación médica para el servicio militar obligatorio, y preso hasta febrero del ‘84. “Yo perdí a mi padre y a mi madre estando en la cárcel y no pude ir a sus velorios”, recordó Castro en un pasaje de su relato, y en referencia a una reciente salida del imputado Luis Manzanelli, ironizó: “Los felicito a los señores del Tribunal, que a esta gente la dejan ir al casamiento de la hija”.

Esta audiencia -la número 58 del juicio iniciado el 4 de diciembre del año pasado- fue la última antes del receso judicial de invierno. El debate se reanudará el 23 de julio.

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