sábado, 26 de octubre de 2013

Brasil incorporó a Alemania en un reclamo conjunto por el espionaje a líderes mundiales.

Un mes después del fuerte discurso pronunciado ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, insistió en la necesidad de avanzar en un sistema de regulación a nivel internacional del uso de Internet. La mandataria volvió a calificar de "inadmisibles" las prácticas de espionaje de los organismos de inteligencia norteamericanos y señaló que el conocimiento de que comunicaciones de Francia y Alemania también fueron interceptadas reforzará su propuesta para poner fin a estas prácticas.


"Defendemos, como ya lo hice ante la ONU, la adopción de un marco civil multilateral para reglar el uso de la Internet, lo que implica una discusión mundial sobre la protección de los datos para impedir que cualquier acción de combate al terrorismo sea usada como disculpa para una guerra cibernética", dijo Rousseff en una entrevista a una red de radios brasileñas.

La propuesta de Brasilia cobra mayor impulso luego de que el gobierno alemán difundió esta semana la sospecha de que llamadas y mensajes del teléfono personal de la canciller Angela Merkel pueden haber sido interceptadas por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA en sus siglas en inglés) del gobierno estadounidense. A esto se suma la difusión de documentos de inteligencia norteamericana por parte de medios franceses, en los cuales se constata que la NSA espió 70,3 millones de llamadas y mensajes electrónicos en Francia.

Según expresó la mandataria, estos nuevos episodios amplían el apoyo a su propuesta, en tanto que el gobierno francés planteó la discusión sobre el tema en la Cumbre de la Unión Europea y la mandataria alemana ha denunciado de forma clara la violación a sus comunicaciones personales. A esto se suma el apoyo del presidente de la Corporación para la Atribución de Nombres y Números para la Internet (Icann), Fadi Chehadé, quien respalda la propuesta brasileña para la regulación de la red, y anunció la realización de un foro global en Brasil en abril de 2014, para debatir la iniciativa.

Por su parte, el ex canciller brasileño y ahora embajador ante la ONU, Antonio Patriota, anunció el inicio de trabajos conjuntos en la materia con países afectados por el espionaje. "Estamos trabajando con países como Alemania por la aprobación del derecho a la privacidad, el cual está asociado al derecho a la libertad de expresión", dijo el funcionario según publicó hoy el diario Folha de Sao Paulo.

La propuesta del gobierno brasileño en el plano internacional va en paralelo con el proyecto impulsado en el Congreso Nacional que exige la creación de centros de almacenamiento de datos nacionales de Internet. La iniciativa, impulsada por Rousseff como parte de las respuestas a las denuncias de espionaje, será tratada en los próximos días, y todo indica que la misma contará con el apoyo necesario para convertirse en ley. Pese a esto, 45 instituciones de tecnología y comercio nacional y extranjero se han pronunciado en contra de la iniciativa, posición que ha sido fundamentada en un documento entregado al diputado del PT y relator del proyecto, Alessandro Molon.

Según los firmantes, entre los que figuran la United States Council for International Business y la Informational Technology Industry Council, organizaciones que representan a gigantes de la informática como Amazon, Apple, Google y Facebook, la sanción del proyecto puede generar "efectos colaterales" como el aumento del costo de los servicios, la pérdida de competitividad de empresas e incluso la reducción de seguridad relativa de los datos de los usuarios.

El 7 de julio pasado, el diario brasileño O’Globo publicó una noticia en la que reveló, a partir de documentos difundidos por el ex técnico de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Edward Snowden, cómo Estados Unidos interceptó millones de correos electrónicos y llamadas en Brasil. 

A esta denuncia se sumaron nuevas acusaciones en las que se señalaba a la propia presidenta Dilma Rousseff y a la petrolera estatal Petrobras, como blancos de estas prácticas de espionaje. Desde entonces, el gobierno brasileño ha encabezado el reclamo internacional del cese de estas prácticas, exigencia que fue planteada en organismos internacionales y a través de los canales diplomáticos entre Brasil y Estados Unidos.

El primer ministro británico, David Cameron, consideró un riesgo para la seguridad la actuación de los informantes como el ex técnico de los servicios secretos estadounidenses Edward Snowden, quien reveló el espionaje masivo llevado a cabo por la NSA.
"Lo que hizo el señor Snowden (...) hará notablemente más difícil mantener seguros nuestros países", dijo Cameron durante la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE), celebrada en Bruselas.

El premier británico incluyó en sus críticas a los diarios que publican las informaciones filtradas por Snowden. A través de esas informaciones se dan a conocer detalles del trabajo de los servicios secretos. "Eso ayuda a nuestros enemigos", criticó Cameron.
El mandatario conservador no quiso comentar las informaciones sobre el suspuesto espionaje de Estados Unidos, que habría alcanzado incluso a la canciller alemana, Angela Merkel.

Sí consideró algo razonable que Merkel y su homólogo francés, François Hollande, vayan a mantener conversaciones bilaterales con el gobierno estadounidense sobre esta cuestión.

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