sábado, 21 de septiembre de 2013

Los dos argentinos de Greenpeace podrían ser acusados de terrorismo.

Lo dijeron voceros de la guardia costera rusa. Un comité evalúa la imputación. Los activistas Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi participaban de una protesta de la organización ecologista contra una petrolera que actúa en el Ártico. 

 

Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi, los activistas argentinos de Greenpeace detenidos desde el jueves por la guardia costera rusa a bordo del barco Arctic Sunrise, están bien y no fueron maltratados. Así lo aseguraron fuentes de ambos países y de la organización ecologista. Realizaban una acción en el marco de la campaña Salvá el Artico contra la petrolera Gazprom. El próximo lunes, el barco anclará en el puerto de Murmansk, donde el caso pasará a manos de la justicia y podría complicarse la situación de los activistas, ya que las autoridades rusas evalúan acusarlos de terrorismo.


Camila tiene 21 años, es voluntaria de la entidad desde hace cuatro años y cumplía en el Arctic Sunrise su primera misión en el exterior. Para eso viajó a Rusia hace 16 días. Su madre, Paula Boscaroli, contó a Tiempo Argentino que mantuvo una conversación con su hija por medio de Facebook en la que le dijo que estaba bien. "Estamos tranquilos y preocupados, pero confiados en que pueden estar bien", resumió.

La mujer es trabajadora social y su marido, Néstor Speziale, docente. Dijo que "como familia somos muy dedicados al compromiso social. Camila es muy valiente por lo que hace y por pensar en mucha gente, en el futuro de todos nosotros." Martín, es el segundo oficial del barco. Trabaja para Greenpeace internacional. Es marplatense pero sólo permanece unos meses en esa ciudad.

El trato es bueno, el barco funciona como en campaña, y la tripulación se alimenta bien, pero permanecen bajo el mando de ellos. Ningún oficial de la guardia costera rusa apuntó con sus armas a los activistas y nadie está maniatado. Así lo habían precisado fuentes de la organización ecologista el jueves, pero Gustavo Stancanelli, jefe de prensa de Greenpeace, llevó tranquilidad .

Por su parte, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia también desmintió el uso de armas y que algún tripulante sufriera daños durante el registro de la embarcación y la cancillería rusa consideró extremista y provocadora la actitud de quienes se acercaron a la plataforma petrolera en el mar de Pechora, sin tener en cuenta las medidas de seguridad establecidas en esa área. La cancillería argentina "ha estado en contacto desde un primer momento con directivos de Greenpeace en Argentina y Rusia, y con los familiares de los dos argentinos detenidos", según expresó en un comunicado la Dirección de Argentinos en el Exterior.

Las autoridades rusas evalúan acusar de terrorismo a los activistas detenidos. El Comité de Investigaciones de Rusia (CIR) abrió un expediente a tal efecto y así lo expresó a la radio local la portavoz de la guardia costera, Lilia Moroz: "A los detenidos a bordo del barco se les acusará posiblemente de 'terrorismo' porque en un bote que fue bajado del barco se encontró un objeto que parecía una bomba." En más de 40 años de existencia nunca se conoció una acción de Greenpeace que incluyera armas de ningún tipo.

El servicio secreto ruso (FSB) denunció que el capitán del Arctic Sunrise ignoró las órdenes de detenerse y se negó a firmar el protocolo de registro. Moroz afirmó que el barco se encontraba en la zona de bloqueo, de unos 500 metros de ancho, rechazando así la declaración de Greepeace en la que asegura que se encontraba en aguas neutrales. El FSB también reveló a la agencia de noticias Interfax que el barco está siendo remolcado a la ciudad portuaria de Murmansk, donde se espera como pronto el lunes y donde el caso pasará a manos de la justicia. Es incierto si van a seguir detenidos a bordo, aunque hasta ahora nadie bajó del barco.

Greenpeace acusa a Rusia de dañar el sensible ecosistema del Ártico con las exploraciones petrolíferas. Un incidente similar ocurrió en agosto de 2012, cuando seis escaladores de Greenpeace ocuparon por 15 horas esa misma plataforma de Gazprom (socia de Shell), que de acuerdo con los planes debe comenzar a producir antes de diciembre del año en curso.

Cuatro millones de adherentes

La campaña Salvá al Artico ya cuenta con la adhesión de 4 millones de personas a nivel global que exigen que la zona deshabitada alrededor del Polo Norte sea declarada área protegida por las Naciones Unidas y que se prohíba la actividad petrolera y la pesca industrial que ponen en peligro esta región.

Durante el verano de 2012, dos barcos de Greenpeace con material científico de punta, el Arctic Sunrise y el Esperanza, zarparon hacia el Ártico con el fin de documentar su ecosistema. Entre otras cosas, detectaron presencia de coral sobre la zona perforadora de Shell en el mar de Tchouktches. A partir de allí comenzaron las acciones contra la empresa en numerosas ciudades del país para advertir que un derrame en este ambiente frágil sería un desastre.

En febrero de este año, Shell tomó la decisión de anular todos sus planes de perforación ártica a lo largo de Alaska para el año 2013. En marzo fue el turno de la petrolera Statoil, aunque continuará con sus perforaciones a lo largo de Noruega.
Un estudio publicado el 19 de junio último, por el Departamento de Ciencias de la Tierra en la Universidad de Oxford (Inglaterra) reveló que el permafrost, el subsuelo ártico congelado, podría comenzar a descongelarse entre los próximos 10 - 30 años.

Protesta reciente

El cinco de septiembre pasado, Mario Pergolini, conductor de Tenemos malas noticias (de lunes a viernes de 9 a 13.30, por FM 103.1, Voprterix) se calzó un traje de oso polar y se paró frente a una estación de servicio en Figueroa Alcorta y Castilla para protestar junto a Greenpeace en defensa del Artico.

"¿Saben cuál es el precio de perforar en el Artico en búsqueda de petróleo?", fue la pregunta de Pergolini a los conductores presentes y empleados de la estación. "Yo soy el precio", concluyó mientras se quitaba la máscara de oso.

 

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