domingo, 21 de julio de 2013

Con la nueva industria de la Defensa, el Estado busca sustituir importaciones.

Mientras algunos sectores acusan al gobierno de impulsar la "chavización" de las Fuerzas Armadas, el ministro Agustín Rossi pretende revertir el proceso de desmantelamiento iniciado en los '90. Los intereses afectados.

La primera reacción fue acusar al nuevo ministro de Defensa, Agustín Rossi, de estar empujando a las Fuerzas Armadas hacia "una chavización". La definición, de tono apocalíptico, buscaba responder al primer discurso del designado jefe del Ejército, César Milani, pronunciado ante la presidenta en el Colegio Militar de la Nación. En aquel acto, Milani convocó a los miembros de las FF AA a "acompañar con renovadas ansias el proyecto nacional". Enseguida se prendieron las luces de alarma. Y comenzaron a repetirse las condenas de tono estigmatizador. El primero en salir a repudiar fue el radical Horacio Jaunarena, ex ministro de Defensa de Alfonsín, quien acaba de editar un libro financiado por el empresario Mario Montoto. "Quieren transformar una institución al servicio de la defensa en una institución al servicio del gobierno", cuestionó. 
Las voces de alarma se superponen con la polémica que generó el ascenso de Milani a jefe del Ejército. Aunque su nombre no figura en causas por delitos de lesa humanidad, al menos hasta ahora, el ex preso de la dictadura Ramón Olivera lo denunció como el responsable de un allanamiento y la detención de su padre. Como Olivera ratificó la denuncia ante la justicia federal de La Rioja, la fiscalía de esa provincia abrirá una investigación sobre los hechos mencionados. Este es el contexto, agitado por cierto, en el cual se está profundizando un giro en la política de Defensa que ya había empezado Nilda Garré.

El giro en cuestión remite a una tradición histórica del peronismo, pero también del ala nacionalista del Ejército: su compromiso con la industrialización a través de la industria de la Defensa. Tras la designación de Rossi como ministro, una de sus primeras decisiones –acordada con la presidenta– fue la creación de la Secretaría de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa. Otra novedad, que se conoció en la cena de camaradería de las FF AA, fue el traspaso de la empresa estatal Fabricaciones Militares a la órbita del ministerio conducido por Rossi. Esos cambios apuntan a reforzar el legado histórico de los generales Enrique Mosconi, Nicolás Savio y Juan Perón: que las FF AA contribuyan al desarrollo económico soberano a partir de su actuación como parte del Estado.

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