jueves, 24 de octubre de 2013

Los activistas de Greenpeace podrían salir bajo fianza.

El Tribunal de Murmansk modificó la acusasión de los treinta activistas detenidos en Rusia, lo que supone una mejora en su situación, ya que podrían seguir el proceso fuera de la cárcel. Declaró el argentino Pérez Orsi y le negaron la libertad.


Comportamiento agresivo rebelde". Esa es la traducción más aproximada de la carátula "Hooliganism criminal and administrative", que el Tribunal Arbitral de Murmansk aplicó a los 30 activistas de Greenpeace que participaron en el escalamiento de una plataforma petrolera en el Artico. Antes se los acusó de piratería, un cargo que tiene una condena de 15 años. Así, los argentinos Camila Speziale, de 21 años, y Hernán Peréz Orsi, de 40, enfrentarán un proceso que podría condenarlos a siete años de reclusión, pero que también abre la posibilidad de que obtengan la libertad bajo fianza. La noticia todavía no fue confirmada por los abogados de la organización medioambiental ni los de Cancillería, pero revelaron que lo harían hoy.

Margarita Malig, esposa de Pérez Orsi, dijo a Tiempo Argentino: "hay más expectativas de que pueda pasar el proceso en libertad y no en una cárcel. Igual no nos conforma porque él no es ningún delincuente. Es un trabajador que fue allá para alimentar a su familia y no un criminal que tenga que soportar un proceso."

Paula Boscaroli, mamá de Camila, también relató el sinsabor que vive la familia Speziale. "Esto tampoco es real. Yo quiero que la absuelvan. Entiendo que la gente esté contenta, pero yo no estoy tranquila del todo porque cuando ves lo que le pasó a las Pussy Riot no te quedás tranquila", expresó y anheló: "estoy esperando que pase algo a nivel diplomático o político porque me parece que va a ser más rápido, legalmente la van a hacer más difícil".

El papá de Camila, Néstor Speziale, viajó esta semana a Murmansk para encontrarse con su hija, pero todavía no pudo lograrlo por las negativas de la justicia rusa. Boscaroli también contó que es muy difícil mantener comunicaciones con su marido, inclusive por Skype.
Malig sí pudo comunicarse con el suyo el pasado lunes luego de la pertinente autorización judicial. "Hernán me remarca que la Cancillería está haciendo un buen trabajo. Me dijo: 'hace todo lo que te diga ellos'". La mujer adelantó que "estoy esperando que me aseguren verlo y que no sea una sola vez. Recién ahí voy a viajar para que valga la pena."

El director ejecutivo de Greenpeace en Argentina, Martín Prieto, fue más terminante: "no hay nada que festejar, nos siguen acusando penalmente de un delito que no cometimos".
"Rechazamos estos cargos, que siguen siendo desproporcionados. Estos activistas son hombres y mujeres valientes que fueron al Ártico armados con nada más que el deseo de denunciar las actividades de una empresa temeraria", declaró Greenpeace Rusia.
Lo cierto es que a nivel judicial, los activistas están habilitados por código penal ruso para volver a pedir la libertad bajo fianza.

En ese sentido, Malig contó que su familia sigue "teniendo fe de que este tema se solucione a la brevedad, para al menos poder pasar las fiestas de fin de año juntos, como todos los años".
En forma paradójica, el mismo tribunal rechazó ayer por la mañana rusa (madrugada argentina) la apelación impulsada por el marplatense, que se había pospuesto por falta de traductor.
"No he hecho nada malo, solo quiero volver a casa, estar con mi familia y abrazar a mi hija: no tengo ninguna intención de escapar de la investigación. Voy a estar presente cada vez que se me necesite en el comité", dijo en la audiencia Pérez Orsi.

Al respecto, Malig reveló que la situación le genera "mucha incertidumbre y eso a veces bajonea pero trato de ser fuerte porque hay que sostenerse a uno mismo, a mi suegra, poder cuidar a mi hija y mandarle fuerzas a Hernán". Y finalizó: "me dio fortaleza ver el video de su indagatoria porque vi que él está bien psicológica y físicamente. Es un hombre que sabe defenderse." «

El caso de las pussy riot

El grupo punk ruso Pussy Riot enfrenta los mismos cargos que ahora recaen sobre "Los 30". Fueron condenadas a dos años de cárcel luego de escenificar, en febrero de 2012, una plegaria punk en el principal templo ortodoxo ruso, en Moscú. Dos de ellas, Alyojina y Tolokonnikova cumplen la pena desde agosto de 2012 y deberían quedar en libertad en marzo de 2014. La tercera, Yekaterina Samutsévich está en libertad condicional desde octubre del año pasado. Las Pussy Riot mantienen su inocencia e insisten en que su acción tenía fines políticos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario