jueves, 24 de octubre de 2013

El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, anunció que desde mañana el Ferrocarril Sarmiento "será operado plenamente por el Estado" y que la decisión es que "no haya más operador privado" en esa línea.


Cuatro días después del choque del tren en la estación Once y tras la polémica que generó el video que muestra al motorman Julio Benítez en varias irregularidades durante una jornada laboral, el gobierno decidió ayer estatizar la línea Sarmiento tras comprobar que la empresa UGOMS no había cumplido con todos los exámenes que se deben realizar a los conductores antes de que tomen el servicio. El ministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo adelantó que dos sociedades estatales operarán la línea desde hoy, le solicitó a los gremios que se comprometan con la nueva gestión, y anunció una nueva batería de medidas para aumentar el control sobre la pericia y el desenvolvimiento de los motorman. "Mi único compromiso es con los usuarios. No me voy a dejar condicionar por los gremios ni por las empresas", advirtió y dijo estar convencido de la decisión política de asumir la operación estatal "a pesar de los riesgos que implica".

"Hemos decidido que no haya más gerenciador privado en esta línea. Desde mañana, la línea Sarmiento será operada plenamente por el Estado", anunció Randazzo en el marco de una conferencia de prensa en la Casa Rosada. Hasta ayer, la línea que une Once, en la Ciudad de Buenos Aires, con Moreno, en el oeste del Gran Buenos Aires, era manejada por la Unidad de Gestión Operativa Mitre Sarmiento (UGOMS), y desde hoy será gestionada por la estatal Sociedad Operadora Ferroviaria (SOFSE) y la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF), dos sociedades estatales creadas por la Ley de Reordenamiento Ferroviario sancionada por el Congreso Nacional en 2008 y que replican el modelo de gestión español. 

Randazzo argumentó la decisión en una irregularidad grave que detectó el ministerio en el marco de la investigación del choque del tren en Once que ocurrió el sábado. Según los registros de la UGOMS, el motorman Benítez sólo fue sometido al control de alcoholemia y no al resto de los controles físicos bajo el argumento de un supuesto "acuerdo gremial" que quedó registrado en el informe. El ministro negó que tal acuerdo exista y reiteró la obligatoriedad de todos los controles. 

Además, informó que el motorman fue apercibido por la UGOMS por un video en el que se lo escucha decir que tiene sueño, luego se pone lentes de sol y se pone en posición de dormir delante de la cámara del interior de la cabina. "Es una actitud repudiable. La empresa sólo aplicó un apercibimiento, nosotros consideramos que ese tipo de actitudes tiene que ser penalizada con mayor dureza", evaluó. Sin embargo, al ser consultado sobre una posible intencionalidad en el choque, Randazzo evitó avanzar en esa hipótesis: "Yo no descarto nada. Es llamativo que los tres accidentes hayan sido en la misma línea. Pero tiene que investigar la justicia. Mientras tanto, apelo a la prudencia y la responsabilidad de todos." 

Al ser consultado por las razones por las cuales se estatizará por el momento sólo esa línea, definió a la Sarmiento como "la más complicada porque hay un problema político", y recordó que los últimos tres accidentes ferroviarios ocurrieron en esa línea. Además, explicó que el ministerio pudo constatar que el resto de las operadoras sí cumplió con todos los controles. "Si las empresas no cumplen con las reglamentaciones, no me va a temblar el pulso para retirar las operaciones", advirtió. 

En ese marco, Randazzo anunció nuevas medidas de control. Se decidió que el guarda del tren deberá trasladarse a la cabina del conductor cuando la formación esté ingresando a una estación cabecera. "A principio de este año impulsamos la instalación de cámaras para detectar conductas que pudieran poner en riesgo al motorman o a los pasajeros. Hubo una enorme resistencia que terminó en un paro general", recordó y aceptó que están investigando cómo fue que se dañó el disco rígido del tren que chocó el sábado para diseñar un nuevo sistema que le dé más protección. 

Además, el ministerio estableció que en las líneas Sarmiento, Mitre y el Tren de la Costa y el Urquiza, las formaciones deberán realizar una reducción de velocidad a 5 kilómetros por hora al entrar a las cabeceras y bajar a cero cuando estén a 20 metros del fin del andén.
Se dispuso que todos los conductores de ferrocarriles sean sometidos a exámenes psicofísicos periódicos en el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial de la Fuerza Aérea. "Serán controles con las mismas exigencias que tienen los pilotos de aviones comerciales", explicó. 

También adelantó que en 30 días el ministerio comenzará a operar una moderna torre de control en Retiro, inspirada en el sistema ferroviario español. Desde allí se podrá evaluar todo el trazado ferroviario y la velocidad a la que marchan las distintas formaciones.
Después de los anuncios formales y consciente de la polémica y repercusión que este tipo de medidas tiene dentro de los gremios, Randazzo le habló a los trabajadores ferroviarios: "Quiero dirigirme a los buenos trabajadores. Estamos de su lado. Les pedimos que redoblen el esfuerzo por los pasajeros que aún no tienen el servicio que se merecen." Después, le dedicó unas palabras a los familiares de las víctimas de Once y Castelar: "Entendemos el dolor y tenemos el mismo objetivo que ustedes. Los convoco a que me ayuden. No tenemos otro objetivo que mejorar el sistema de transporte." Después, criticó a los medios, los dirigentes políticos y los gremialistas que sostienen que la gestión del ministerio es "puro maquillaje". "Es una falta de respeto total a todos los argentinos que pagan con sus impuestos estas inversiones. Yo puedo mostrar en detalle lo que estamos haciendo. Pido responsabilidad con el tema porque hay dolor. No vamos a soportar estupideces", dijo Randazzo visiblemente molesto, aunque contestó más de 20 preguntas sobre los anuncios y la gestión. 

Al ser consultado sobre si la presidenta Cristina Fernández estaba al tanto del accidente y de las medidas tomadas ayer, el ministro contó que no consultó a la mandataria sobre el tema: "No creo que contribuya a su salud. La decisión la tomé yo con todos los riesgos que implica." Sin embargo, dijo estar convencido de que la presidenta avala su decisión. El ministro evitó especular sobre el resultado de la investigación judicial por el choque del sábado y cerró su intervención con una definición política, con el objetivo de englobar las medidas en una concepción más amplia: "Nada ni nadie va a torcer la voluntad política de la presidenta de la Nación ni de quien les habla de continuar transformando definitivamente el transporte público en Argentina."

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