lunes, 21 de octubre de 2013

Brasil: Más de 1000 uniformados vigilan el hotel donde se abren las ofertas de licitación petrolera.


Brasil celebrará hoy la primera ronda de la mayor subasta petrolera de su historia, la del megayacimiento del Campo de Libra, en el litoral de Río de Janeiro. El trascendente acto, que se desarrollará sólo semanas después de que se conociera que los servicios de inteligencia de Estados Unidos espiaban a la presidenta Dilma Rousseff y habían ingresado al área informática que guardaba la información sensible de la estatal Petrobras, estuvo amenazado por protestas masivas, un aluvión de acciones judiciales en contra y el temor a que, al final, de todos los interesados sólo quedara la oferta de un único participante.


Brasil celebrará hoy la primera ronda de la mayor subasta petrolera de su historia, la del megayacimiento del Campo de Libra, en el litoral de Río de Janeiro. El trascendente acto, que se desarrollará sólo semanas después de que se conociera que los servicios de inteligencia de Estados Unidos espiaban a la presidenta Dilma Rousseff y habían ingresado al área informática que guardaba la información sensible de la estatal Petrobras, estuvo amenazado por protestas masivas, un aluvión de acciones judiciales en contra y el temor a que, al final, de todos los interesados sólo quedara la oferta de un único participante.

La militarización con más de 1100 efectivos del área en la que se encuentra el Hotel Windsor, en el barrio carioca Barra da Tijuca –donde se abrirá la subasta– desalentó las manifestaciones del sindicato de obreros petroleros, que decidió trasladar su protesta a Brasilia. Las 24 acciones judiciales presentadas fueron cayendo una a una gracias a la labor de un ejército de 300 abogados contratados especialmente por indicación de Rousseff, y anoche sólo quedaban seis en pie. Sobre la versión de que habría un solo oferente, el ministro de Minas y Energía, Edison Lobão, aseguró que la subasta se realizará sí o sí, más allá del número de interesados.

Para la presidenta, el acto de hoy es una cuestión casi de vida o muerte. Supervisó en forma personal todo lo relacionado a la licitación, como si fuera el principal acto de campaña, a un año de las elecciones en las que todo indica que buscará la reelección. Lobão dijo que es improbable que participe hoy de la ceremonia, pero "es informada en todo momento de la evolución de los hechos", aclaró. Ya el jueves había ordenado que se armara el equipo de abogados y el sábado decidió la impopular medida de militarizar Barra de Tijuca.

La oferta de Libra, que será disputada por once petroleras de varios países, lleva el sello de Dilma, que fue ministra de Minas y Energía entre 2003 y 2005, en el primer gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, y es una especialista en el tema. En 2010, ya como ministra de la Casa Civil, coordinó el grupo que elaboró la nueva legislación que regular las licitaciones de las reservas descubiertas en 2007, estimadas en 50 mil millones de barriles. Rousseff fue quien impulsó este año el tratamiento parlamentario de otra ley que destina el 100% de los royalties petroleros a la salud y la educación.

Distintos analistas consideran que si la subasta por el campo ubicado a 183 kilómetros de Río se cierra exitosamente, Dilma habrá logrado un gran triunfo político y, con ello, tendrá un argumento adicional para esgrimir en la campaña reeleccionista. Distintos comentaristas recordaron que algo similar sucedió en 2006, cuando fue reelecto Lula. Ese año los responsables de la campaña electoral divulgaron una foto del presidente vestido con el overol anaranjado de los trabajadores de Petrobras y sus dedos manchados de petróleo, registrada cuando anunció que el país había alcanzado el autoabastecimiento de crudo.

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