El tribunal de la ciudad septentrional de Murmansk ha decretado arresto de dos meses previo a juicio para el fotógrafo Denis Sinyakov y el activista Román Dolgov. Otros arrestados son el activista canadiense, Poul Douglas Ruzycki, el neozelandés, David Haussmann, y el francés, Francesco Pisano.
El rompehielos de Greenpeace Arctic Sunrise se acercó a una plataforma petrolífera de Gazprom, la mayor compañía gasista rusa, pese a las advertencias de la guardia fronteriza rusa para que no lo hiciera. Dos activistas escalaron con cuerdas las torres de la instalación, donde se disponían permanecer varios días. Con esa acción los ecologistas quisieron protestar contra los planes de Gazprom de emprender en el Ártico operaciones de perforación en alta mar.
Al día siguiente tropas de la guardia fronteriza rusa abordaron la plataforma y el buque Arctic Sunrise de los activistas, deteniendo a los 30 manifestantes. Los 30 tripulantes del ‘Arctic Sunrise’, oriundos de 19 países, Rusia incluida, se encuentran ahora en el tribunal. Se espera que la decisión sobre su suerte se dé a conocer hoy.
No obstante, Vladímir Markin, representante del Comité de Investigación de Rusia, dijo que el arresto podría ser sustituido por una medida más indulgente para los tripulantes. "Es posible que, antes incluso de la expiración del arresto, el comité de investigación tome la decisión de cambiar esta medida de restricción por otra más suave, no relacionada con la privación de libertad", dijo Markin subrayando que esto puede ocurrir "una vez establecida la función y la culpa" de cada uno de los participantes, así como "el grado de peligro social del delito".
El Ministerio de Exteriores de Rusia considera "provocadoras y "extremistas" las acciones de Greenpeace en el Ártico ruso para oponerse a la extracción de petróleo y gas en la región.
Durante el foro internacional ‘Ártico, territorio de diálogo’ celebrado en Salejard (Siberia), el presidente ruso, Vladímir Putin dijo, que dicha acción podría haber acarreado "consecuencias ecológicas". A juicio de Putin, los activistas de Greenpeace "obviamente no son piratas", aunque –puntualiza- ellos violaron el derecho internacional.
Esta semana Rusia ha abierto un litigio por el caso de piratería relacionado con el ‘asalto’ de la plataforma. Así lo declaró Vladímir Markin precisando que "se inició el proceso penal por el delito contemplado en la parte 3 del Artículo 227 del Código Penal: 'Piratería llevada a cabo por un grupo organizado'". Dicho artículo estipula penas de cárcel de entre 10 y 15 años.
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