Nuevos choques entre policías y manifestantes se registraron anoche en el palacio de la gobernación de Río de Janeiro donde los ciudadanos exigieron la renuncia del gobernador Sergio Cabral, a quien acusan de maniobras dolosas en las obras de la Copa del Mundo.
La Casa de Gobierno carioca es uno de los puntos de las marchas iniciadas en todo Brasil hace casi dos meses y registró una de las concentraciones más violentas el 22 de julio, cuando allí fue recibido el papa Francisco, reseñó Ansa.
Los inconformes, en su mayoría jóvenes, atacaron a las fuerzas del orden con piedras, derribaron barreras de contención e incendiaron residuos en la calle Pinheiro Machado, en las inmediaciones de la gobernación, en el barrio Laranjeras.
La gobernación divulgó un comunicado poco antes de las 22 en el que denunció que hubo un intento de invasión del predio por parte de "grupos que no están interesados en el diálogo y la democracia (sino en generar) caos".
Las protestas prácticamente no cejaron desde mediados de junio, cuando hubo una explosión en decenas de concentraciones populares que se iniciaron para reclamar por el aumento del autotransporte pero luego se trasladaron a otros asuntos, como los presuntos actos de corrupción y los gastos que demandan la Copa del Mundo de fútbol y los Juegos Olímpicos.
También hay indignación de parte de la población con el desempeño de la Policía Militarizada a la que se acusó de haber hecho desaparecer a un albañil en la favela Rocinha, donde el domingo hubo un acto convocado por Amnistía Internacional.
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