viernes, 12 de julio de 2013

El Día Nacional de Luchas convocado por los gremios brasileños terminó con incidentes.



A tres semanas de las multitudinarias marchas que conmocionaron el escenario político brasileño, las calles volvieron a poblarse de manifestantes en el marco del Día Nacional de Luchas, convocado por sindicatos y movimientos sociales. Al final de la jornada, se registraron enfrentamientos entre manifestantes y la policía de Río de Janeiro, que dejaron un saldo de al menos 12 detenidos.

Si bien la huelga contó con una dispar adhesión por parte de los distintos gremios, se registraron al menos 40 cortes de carreteras en 23 estados. Entre las múltiples consignas planteadas por los organizadores se destacaban la reducción de la jornada de trabajo hasta las 40 horas semanales, la modificación de una ley que reduce las pensiones de quienes se jubilan prematuramente y la petición para que se archive un proyecto de ley que permite a las empresas ampliar el número de tercerizados.

El día de protestas se inició temprano con el corte de once rutas en cinco estados. Los piquetes fueron aumentando con el correr de las horas y el reclamo incluso derivó en ocupaciones de empresas privadas, entre ellas la de una emisora de Salvador de Bahía, afiliada a la poderosa red televisiva brasileña Globo en Salvador.

Al caer la noche se registraron los primeros incidentes en la zona céntrica de Río de Janeiro, cuando los agentes de la tropa de choque de la policía militarizada lanzaron bombas de gas lacrimógeno y detuvieron a un manifestante acusado de romper con una piedra una ventana de la iglesia Candelaria, una de las más conocidas de la ciudad.

A partir de ese momento, los disturbios se generalizaron, y grupos de manifestantes lanzaron artefactos explosivos contra la policía, que reaccionó con bombas de gas lacrimógeno, gas pimienta y chorros de agua para dispersar a los estimados 10 mil manifestantes. Según el portal G1, al menos 12 personas –entre ellas dos menores de 18 años– fueron detenidas durante los disturbios.
Más allá de los conflictos, la adhesión a la huelga no fue tan masiva como se esperaba. Los conductores de colectivos pararon en ciudades como Porto Alegre, Vitoria, Belo Horizonte, Salvador, Manaos y Santos, pero el sistema público de transportes operó normalmente en San Pablo y Río de Janeiro. El hecho de que no se hayan sumado al reclamo los trabajadores de subte, trenes y autobuses de esas ciudades "debilitó el día de lucha", señaló Joao Carlos Goncalves, secretario general del sindicato Força Sindical. "Pero, sin embargo, hemos movilizado a los trabajadores y llamado la atención sobre nuestras demandas, que era lo que queríamos conseguir", añadió.

En ese marco, el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) ocupó parte de la sede del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra) en Brasilia para reclamar que el gobierno reanude la reforma agraria que, según ellos, está paralizada. La jornada de protestas fue convocada a finales de junio por las principales centrales sindicales, incluyendo la Central Única de los Trabajadores (CUT), Força Sindical, Unión General de los Trabajadores (UGT), Coordinación Nacional de Luchas (Conlutas) y Central General de los Trabajadores Brasileños (CGTB).

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