jueves, 13 de junio de 2013

UNICEF denunció que se explota a 150 millones de niños en el mundo

El organismo dependiente de las Naciones Unidas sostiene que infantes de entre 5 y 14 años son obligados a las formas más peligrosas de trabajo, deteriorando su salud y su educación. Lo más habitual es el trabajo doméstico.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) denunció ayer la explotación que sufren 150 millones de niños trabajadores que "ponen en peligro su salud, su educación y su propio desarrollo para ayudar a sus familias". En el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la directora del organismo dependiente de las Naciones Unidas, Susan Bissell, dijo que es comprensible que los menores trabajen para sumar a la economía familiar, pero señaló que, "sin embargo, cuando se ven obligados a las formas más peligrosas de trabajo, cuando faltan a la escuela, cuando su salud se deteriora, es inaceptable y obliga a actuar con energía para prevenir que eso suceda".

UNICEF calcula que unos 150 millones de niños de entre 5 y 14 años son explotados de una u otra manera, y según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) –otra entidad de la estructura de la ONU–, 7,4 millones de niños de esa franja están ocupados en el sector doméstico. Agrega que dos de cada tres trabajan en la casa de un tercero, la mayoría son niñas y en general no alcanzan la edad mínima legal. "Los trabajadores domésticos se encuentran entre los más explotados y maltratados del mundo laboral", dijo Marta Santos Pais, otra experta de la ONU. 
Los organismos de la ONU no coinciden en sus datos. Mientras UNICEF habla de 150 millones de niños trabajadores, la OIT lleva la cifra a 215 millones –14 de ellos en América Latina– y aclara que una mayoría trabaja a tiempo completo. "No van a la escuela, no tienen tiempo para jugar, no reciben alimentación ni cuidados apropiados. Se les niega el derecho a ser niños. Más de la mitad están expuestos al trabajo en ambientes peligrosos, en régimen de esclavitud y otras formas de trabajo forzoso, actividades ilícitas que incluyen el tráfico de drogas y la prostitución, así como su participación involuntaria en los conflictos armados."
Los niños corren más riesgos que otros trabajadores, debido a su corta edad, el desconocimiento de sus derechos, la separación de sus familias y la dependencia de su empleador, señaló Bissell, quien destacó especialmente el caso de los menores que realizan tareas domésticas. La experta señaló que aunque no todos sufren abusos o explotación, son especialmente vulnerables a la trata y el trabajo forzoso, lo que hace que en el mundo actual el trabajo doméstico infantil sea una de las formas más extendidas y potencialmente más explotadora de trabajo.
En Ginebra, a todo esto, el director general de la OIT, Guy Ryder, denunció que el trabajo infantil constituye una violación fundamental de los Derechos Humanos porque niega a los niños el derecho a disfrutar de la infancia y acceder a una educación de calidad. Ryder destacó que "en sus peores formas los expone a la esclavitud, al trabajo peligroso y a las actividades ilícitas, como la prostitución y el tráfico de drogas". El funcionario británico dijo que más de la mitad de los 215 millones de niños trabajadores desempeña las peores formas de empleo infantil. «

El Papa Francisco lanzó ayer un llamado contra la "plaga" del trabajo infantil y la explotación de los niños en tareas domésticas, "un despreciable fenómeno en constante aumento, especialmente en los países pobres", y exigió la aplicación de "medidas eficaces". El pontífice afrontó el tema durante la audiencia en plaza San Pedro.
"Hoy se celebra la Jornada Mundial contra el Trabajo de los Menores", dijo Jorge Bergoglio al concluir la audiencia con una referencia particular a la explotación infantil: "Son millones, más las niñas que los varones, que son víctimas de esta forma escondida de explotación que también implica abusos, malos tratos y discriminación. Es es una verdadera forma de esclavitud."

"Auspicio con energía que la comunidad internacional tome medidas eficaces para afrontar esta auténtica plaga. Todos los niños deben poder jugar, estudiar y crecer en sus propias familias, y esto en un contexto armónico, de amor y serenidad", agregó Francisco.

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