Un comandante de la Marina de Estados Unidos fue acusado de haber revelado información confidencial al dueño de una empresa que suministra servicios a naves de guerra en los puertos asiáticos y, a cambio de los multimillonarios negocios entregados, haber recibido viajes de lujo, servicios de prostitutas y entradas para un recital de Lady Gaga en Tailandia. El comandante, Michael Vannak Khem Misiewicz fue arrestado, así como Leonard Francis, dueño de la Glenn Defense Marine Asia.
Las acusaciones reveladas en una corte federal en San Diego ofrecen indicios sobre graves violaciones a la seguridad nacional de Estados Unidos y actos de corrupción, lo que ha desatado una serie de reuniones de alto nivel en el Pentágono debido a la amenaza de que otras personas, incluidos oficiales de mayor rango, puedan ser mencionadas durante la investigación. Es posible que en una audiencia que se celebrará el viernes se establezca una fecha para la iniciación del juicio en sí.
Misiewicz y Francis movían los más poderosos navíos de la Séptima Flota como si fueran piezas de ajedrez, desviando submarinos, portaaviones, destructores y otros navíos hacia puertos asiáticos con supervisiones laxas, donde Francis podía inflar costos. La compañía le cobró millones de dólares de más al Pentágono al abultar el precio de los combustibles, alimentos y otros servicios que proporcionaba.
"Esto es algo muy grave, es muy grave cuando hay una sola persona que es la que decide hacia dónde van los barcos, y que además pueda ser influenciada por un contratista", opinó el contraalmirante retirado Terry McKnight.
Leonard Francis, conocido como el "Gordo Leonard", el empresario malayo detenido, es un personaje legendario en círculos militares de esa parte del mundo, dijo McKnight, quien no lo conoce pero tiene miles de anécdotas sobre él. "Es bien conocido por los comandantes de la Armada en el Pacífico, donde su compañía ha prestado servicios a los buques de guerra durante 25 años", agregó.
Al Gordo Leonard se lo conoce por su extravagancia. Su bungalow de 6000 metros cuadrados en un lujoso barrio de Singapur, atrajo la atención por su elegante decoración navideña, que el periódico The Straits Times describió como algo que rivalizaba con los anaqueles de las principales tiendas, al usar réplicas de hombres de nieve y árboles de Navidad adornados con miniaturas japonesas y chinas. "Es un personaje enorme, hablas con cualquier capitán de cualquier barco que haya navegado por el Pacífico y sabrán exactamente quién es", relató McKnight".
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