jueves, 5 de septiembre de 2013

G20: la presidenta afirmó que llevará el debate sobre los holdouts ante sus pares del bloque. "Son las cosas que debemos discutir", dijo. Y condenó el plan de EE UU de intervención militar en Siria porque "nadie quiere más guerras".



Cristina Fernández arribó ayer a San Petersburgo con alto perfil. Ni bien pisó suelo ruso, en el mismo aeropuerto de Pulkovo, fijó posición sobre dos de los temas que atraviesan a la Cumbre que a partir de hoy reunirá a 20 presidentes de los países desarrollados y emergentes más importantes del mundo: el papel que juegan los fondos buitre en las reestructuraciones de deudas soberanas, y los planes de Estados Unidos para intervenir militarmente en Siria, que condenó al sentenciar: "Nadie quiere más guerras."

El avión de la presidenta aterrizó a las 15:15 de San Petersburgo con una pequeña comitiva a bordo: el canciller Héctor Timerman, y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro. Tras mantener un breve diálogo con los medios que la esperaban en Pulkovo, Cristina se trasladó hasta la villa presidencial Palacio de Congresos donde se alojará mientras dure la Cumbre, en la localidad de Strelna. Cada una de esas viviendas tiene el nombre de una ciudad importante de Rusia. La destinada a la presidenta se llama Viliki Novgorov, una localidad a mitad de camino entre Moscú y San Petersburgo, declarada patrimonio de la humanidad.

Tras confirmar que ante sus pares del G-20 planteará el tema de los fondos buitre, recurrió a un ejemplo práctico para graficar el efecto que producen los holdouts cuando accionan contra naciones en crisis: "Venía leyendo ayer en el diario sobre la situación en Grecia, donde el gobierno autorizó a vender alimentos vencidos para abaratar costos y más de un millón de empleados públicos hace casi un año que no cobran el sueldo, pero igual van a trabajar por temor a perder el empleo", dijo. Y completó: "Estas cosas son las que realmente debemos debatir y tratar porque son los buitres los que se aprovechan de los países que están próximos a defaultear o que están en deuda como nosotros", agregó. Se refería a la nota publicada el martes por Tiempo Argentino –que recomendó más tarde vía Twitter– sobre las medidas que adoptó el gobierno griego para abaratar costos y hacer frente a la crisis.
Luego recordó que lo mismo le sucedió a los españoles "de otro modo" y a Portugal. "En España los fondos buitre hicieron un trabajo similar al que hicieron con Argentina; viendo que un país no iba a poder pagar una deuda y que iba a defaultear, compraron bonos basura a precios basura y luego pretenden cobrar la totalidad", señaló.

"Grecia va por su tercera reestructuración de la deuda, con quitas y todavía no pudo pagar; mientras que a nosotros que hicimos quitas que comprenden al 93% de esa deuda y venimos pagando desde 2005, nos castigan", advirtió.

La presidenta confirmó lo que el equipo de Economía y la Cancillería venían percibiendo en las reuniones previas realizadas para elaborar el documento que suscribirán los mandatarios al culminar el foro: dijo que Estados Unidos se muestra reticente a incluir en el texto un pronunciamiento explícito contra el accionar de los fondos buitre, aunque aclaró que insistirá con el planteo.

Al igual que todas las mandatarias que arribaron a la cumbre, la presidenta argentina fue recibida al bajar del avión por un funcionario del gobierno ruso que le entregó un ramo de flores. En ese momento, rompió sutilmente el protocolo para acercarse a los periodistas de la radio y la televisión pública que la esperaban.
En ese marco, planteó otros ejes que trae la delegación argentina al G-20, como la necesidad de hacer hincapié en políticas que generen empleo e inversión "que son los únicos elementos que van a sacar adelante la economía global".

Conocedora del contexto en el que se realiza la octava deliberación de los países del G-20, sentó posición sobre la situación en Siria y el papel que juega Estados Unidos. "A las muertes no se las soluciona con más muertes, nadie quiere más guerras, hasta lo dijo el Papa, y varias personalidades", expresó. La Argentina ya había opinado sobre este tema en un comunicado emitido por la Cancillería y en la reciente reunión de presidentes de la Unasur realizada en Surinam, en la que se emitió un pronunciamiento conjunto. De hecho una de las propuestas de la Argentina fue suspender la venta de armas a Siria, algo que ayer mismo concretó el presidente ruso Vladimir Putin, en una señal que refuerza su posicionamiento contrario a la intervención militar en la región. "La muerte no tiene ideología. Los seres humanos mueren cualquiera sea su pensamiento, su religión y su credo, producto de guerras injustas que tienen que ver con cuestiones de poder. Me parece que esas son las cosas que tenemos que tratar con los líderes", reflexionó Cristina.

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