viernes, 13 de septiembre de 2013

Aleida “Che” Guevara pidió a los “jóvenes que sean alfabetizadores”.

Combativa, dulce y paciente Aleida Guevara dijo: “Les pido a los jóvenes argentinos que estén más cerca de la tarea de alfabetización. La solidaridad es el cariño más grande de los pueblos”. El recuerdo de su padre y el conflicto en Siria.

Aleida es médica pediatra, se apasiona cuando habla de las políticas abusivas de EEUU con el resto del mundo y en su discurso abundan las palabras “amor”, “ternura” y “revolución”. Lleva el apellido de uno de los guerrilleros más admirados del siglo XX, pero lejos está de rajarse las vestiduras cuando describe cómo es ser la hija del Che.

“Para mí lo más importante es ser la hija del pueblo cubano, que me ha enseñado a amar y me ha hecho sentir el amor de mi padre”.
Aleida March conoció al Che en plena guerra civil. Él llegaba con la Columna Ocho a combatir a la región. Corría octubre de 1958 y comenzaron a convivir. Meses después llegó Aleida Guevara, la mayor de los cuatro hijos que Ernesto tuvo con su segunda mujer.

Aleida vive en Cuba aunque gran parte de sus días transcurren en Brasil, donde trabaja con el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra. Por estas horas, la hija del Che se encuentra en el país donde nació su padre, participando de una campaña solidaria en Gan Gan, un pueblo de Chubut de la comunidad Mapuche. Allí trabajará junto a médicos formados en Cuba en una misión sanitaria, centrada en el relevamiento de cataratas y Pterigium.

“Será un gran placer besar a los niños”, comentó Aleida, entusiasmada en comenzar con la misión sanitaria coordinada desde la fundación argentino-cubana Un Mundo Mejor es Posible. La hija del líder de la Revolución cubana habla con admiración de su padre y trabaja para profundizar la herencia social y libertaria del Che.

Ernesto Guevara “es el símbolo más completo del hombre nuevo, que es solidario, con capacidad de amar de seguir aprendiendo. Y yo soy una digna hija del pueblo cubano”, sintetiza Aleida que, cuando evoca a su Cuba natal lo hace con el cariño de quien lleva impresa la identidad de la tierra en la que conoció la vida.
El Che nació en Rosario, el 14 de mayo de 1928. Y partió de Argentina alrededor de los 25 años. Hoy son muchos los jóvenes que con esa misma edad admiran a ese hombre que se lanzó a conocer el territorio latinoamericano y desde entonces su entrega a la revolución y la lucha de los pueblos oprimidos terminó sólo con su captura y asesinato.

¿Qué mensaje dejaría a los jóvenes argentinos? “Un pueblo es libre cuando es culto. Entonces yo les pido a los jóvenes argentinos que estén más cerca de esas organizaciones y programas que trabajan en alfabetización. Que quienes tienen estudios miren más a su alrededor. Ayudar a los que más lo necesitan es la tarea de la juventud. La solidaridad es el cariño más grande de los pueblos”, expresó Aleida Guevara, en un tono impreso de dulzura y lucha.
EEUU y Siria

Aleida habla pausado, dedica atención e intensidad a los temas que toca, y aunque tiene por delante una jornada plagada de actividades, se toma el tiempo que necesita para responder las inquietudes de quienes la consultan. El tono de sus expresiones se radicaliza cuando habla del enemigo universal: Estados Unidos.

El intento intervencionista de Norteamérica en Siria “es la locura más grande que he vivido en los últimos años. EEUU Y Europa se creen con derecho a intervenir en los problemas de nuestros pueblos. ¿Cuándo ellos nos han pedido ayuda a nosotros para resolver cuestiones internas?”, se preguntó la pediatra, al tiempo que dio fe de la grandeza de la comunidad siria.
“Tuve la suerte de conocer ese país. Y es la cuna de la cultura universal, de las raíces de la humanidad. Pensar que alguien puede agredir a ese pueblo con la excusa estúpida de las armas químicas” la preocupa, la alarma y sobre todo la enoja.

Pero la emboscada norteamericana en suelo sirio enfrenta por estos días resistencias en todo el mundo. “Es una suerte que haya oposición a EEUU. Creo que las experiencias en Irak y Afganistán sirvieron al mundo para tomar un poco de conciencia. Lo que no se entiende es la actitud de Europa, que se doblega como una estúpida a los intereses de EEUU”. Aleida se apasiona, habla con fuerza, voluntad y convicción. Un tono que suena familiar, conocido y cercano. Será por eso de que “lo que se hereda no se roba”, Che.

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