sábado, 10 de agosto de 2013

"Como sílabas negras las golondrinas dicen adiós". Con una obra intachable el guitarrista y compositor murió ayer a los 90 años. Registró más de 200 canciones e influyó en la obra de decenas de artistas argentinos.




La voz grave era una característica. No movía muchos músculos de la cara, porque todo lo que expresaba estaba en su mano y se trasladaba a las cuerdas. El amor por la guitarra y la música folklórica lo llevó hasta Buenos Aires, donde desarrolló su carrera musical y se desempeñó como funcionario de SADAIC.
La muerte lo encontró a un mes de haber cumplido los 90 años. Hacía tiempo que su salud estaba frágil y ya no daba notas periodísticas ni conciertos en vivo. La noticia llegó tarde y se expandió de a poco. Como la sorpresa, que congeló la tarde del viernes y que provocó que sucedan centenares de melodías en la cabeza. Y sí, Falú recorrió todos los tiempos, toda la historia musical del país.
Tuvo una sensibilidad única para encontrar el acorde y el silencio en cada canción. Así fue como se encontró con poetas como Jaime Dávalos, obras como "Zamba de La Candelaria", "Las golondrinas", "Trago de sombra", "Rosa de los vientos", "La verde rama", "El silbo del zorzal", "Tonada del viejo amor", "Cuando se dice adiós" y "Zamba de un triste", entre otras. Además acompañó a otros poetas como Manuel J. Castilla con quien hizo “Celos del viento” y “Puna sola”, Osiris Rodríguez Castillos, León Benarós, Hamlet Lima Quintana y Marta Mendicutti. Incluso, compuso junto a Ernesto Sábato “Romance de la muerte de Juan Lavalle" y Jorge Luis Borges "José Hernández".
Nació en Salta en un pueblito llamado Galpón muy cerca de la localidad de Metán. Su familia tenía un gran almacén donde era muy común que llegaran las guitarras. El instrumento ya formaba parte del paisaje cotidiano del músico. Pero no fue eso lo que lo cautivó. A los once años, un vecino estaba tocando la guitarra bajo un árbol. Eduardo lo escuchó y se enamoró de su sonido.
"Un tiempo después", contó el músico en una entrevista, "todos fuimos a la ciudad a Salta para que uno de mis hermanos mayores estudiara la carrera de Derecho. Fue él quien se compró una guitarra y se puso a estudiar también ese instrumento. Yo miraba y escuchaba a escondidas lo que él aprendía y ahí me fue despertando la vocación innegablemente auténtica porque no se frenó nunca, ya estaba metida la guitarra dentro de mí", contaba incansablemente Eduardo Falú su relación con el instrumento.
En Salta fue donde Falú terminó sus estudios secundarios, en el Colegio Normal, y ahí mismo, a los 17 años debutó como guitarrista en el LV9 de Salta con un programa diario integrando el conjunto Los Troperos, y luego realizó una gira por el norte como solista. El rumbo del Norte se le extendió hasta Buenos Aires donde llegó en 1945 para mostrar por primera vez una versión cantada de "La López Pereyra". Cinco años después se ingresó como parte de SADAIC donde hoy tiene registradas 206 composiciones.
En 1950 grabó su primer disco simple en el sello TK, la "Vidala del nombrador", tema que compuso con Jaime Dávalos, y luego de terminar su ciclo en Radio El Mundo regresó a Salta. De vuelta en Buenos Aires, Eduardo Falú decidió estudiar armonía con Carlos Guastavino, para perfeccionarse tanto como intérprete como compositor. A partir de entonces inició una serie de ciclos radiales y televisivos, grabó discos y realizó giras que le dieron prestigio internacional.
Hacia 1952 compartió actuaciones radiales y teatrales con Los Fronterizos. En 1954 dio conciertos en Estados Unidos y se radicó luego en Buenos Aires. En 1958 llevó a cabo una gira por la Unión Soviética, y en 1959 se presentó en el "Teatro de la Ville" (ex Sarah Bernhardt) de París, donde grabó su disco Falú en Paris, y luego actuó en el Instituto Italoamericano de Roma.
En 1963 realizó más de cuarenta conciertos en Japón, con tanto éxito que volvió a hacerlo en 1965, 1966, 1969 y 1973, ofreciendo más de 200 recitales. En 1964 volvió a presentarse en Estados Unidos y realizó una gira por California. En 1968 recorrió España, Francia e Inglaterra, con tanto suceso en sus conciertos, que regresó en 1970 con la inclusión de Italia en su gira.
En 1972 volvió a Estados Unidos dando conciertos en Houston, Washington y Los Ángeles. En 1975 viajó a Europa, pero esta vez para actuar en Alemania, Holanda, Austria, Suiza, Suecia, Noruega, y otros países. Después, realizó giras por Chile, Uruguay, Perú y Colombia.
"En Europa se interesaron porque no era la canción sola acompañado de la guitarra, sino que era una forma independiete de la canción y de la guitarra, con otras voces, acordes y silencios", explicaba Eduardo Falú. "Son cosas que yo hacía inconscientemente porque me parecía pobre hacer sólo acordes en la guitarra. En Japón he tenido la experiencia que la música que llevaba yo que era una mezcla del altiplano con cosas de índole europeo, lo que tuvo más éxito fue la melodía de 'El cóndor pasa' y yo le hice un arreglo para guitarra, con eso el público se enloqueció. Otra cosa más de esa índole la parte rítmica, la lenta", explicó más de una vez el cantante.
Pero su gran obra de nivel internacional es por su vigencia y permanente rejuvecimiento, el Romance de la muerte de Juan Lavalle, sobre textos del destacado y recordado escritor Ernesto Sábato. En algunos de sus reportajes, Falú comentó que "siempre me gustó explorar y buscar en la historia, en obras de antes como fue el caso de cuando recopilé 'La cuartelera' con arreglo para guitarra’’.

EL VALOR DE LOS POETAS. "Siempre sostuve –continuó– que la música es importante, pero si no estuviesen estos poetas magníficos que pintaban el paisaje con señorío, hoy mi obra no sería popular".

SENSIBILIDAD DEL TERRUÑO. Su característica principal era su vínculo con la tierra que se reflejaba en la música. Se definía como un hombre de tierra adentro. "Mis padres vinieron de Siria, pero mi padre se adaptó a las costumbres, era hombre de a caballo conversaba con los criollos con la gente y tenía una gran familiaridad con ellos. Yo aprendí todo eso, aprendí de las conversaciones sin darme cuenta. Se me fue metiendo la tierra adentro, las costumbres los hábitos. Es decir que la tierra lo gana al hombre, el hombre es una prolongación de la tierra", decía en las entrevistas como repitiendo incansablemente su esencia.

SU PROPIO INSTRUMENTO. Sus manos eran su bien preciado. De ellas salían los preciosos acordes que poblaron la música argentina. "A los instrumentistas siempres les queda una señal de su trabajo, así como a los violinistas les queda un callo en el costado de la cara, a nosotros nos queda un callo en la mano".

LA FUERZA DE LAS CUERDAS. En una reportaje en 2010 el músico asumió que muchos chicos se acercan para consultarle acerca de cómo tocar la guitarra. "Tiene que haber mucha disciplina y mucha conexión. La fuerza de la guitarra está en la expresión así uno ve que hay distintos modos de tocarla y de escucharla, hay guitarristas que son diestros y fríos y otros que son apasionados."

EL FOLKLORE DE HOY. Atento a las nuevas generaciones, Falú, sabía mirar a las nuevas generaciones. "Hay muchos jóvenes pero sigue siendo un poco pendular. No tiene el brillo de los '60, '70 cuando todo el mundo tenía una guitarra. Eso despertó entuasiamo en la juventudo que fue reemplazada en esta etapa tan sangrienta desde el marzo del '76 que fue disminuida porque le tenían temor a ciertas palabras que tenían las canciones: libertad, justicia… Había un control en todos lados de las canciones que se hacían y había un temor muy grande, producto de él fue la represión tan grande que hubo".

LA CREACIÓN Y LA DISCIPLINA. El compositor insistía en que la disciplina era una parte muy importante pero otra intensa que era la sensibilidad. "Una parte es la interpretación y luego está la creación. Esa parte si uno se sienta y dice voy a hacer tal cosa, y se sienta a esperar y no lleguen los duendes, ni los ángeles y no hay nada qué hacer, llegan en forma inesperada a través de un momento, o a través de un sueño, mirando el paisaje o un hecho que lo conmueve. O un enamorado que siente que le renacen cosas."
A lo largo de su extensa carrera compartió los grandes escenarios del país y del mundo y debido a su conocimiento de la música académica es que también dedicó su tiempo a la concreción de suites argentinas, que lo llevó a realizar presentaciones junto a la Camerata Bariloche y a la Orquesta Sinfónica Nacional.
Recibió merecidamente los premios Konex de Platino y Gran Premio SADAIC, ambos en 1985; Condecoración de Honor al Mérito del Perú y Ciudadano Ilustre de Salta, Rosario, Córdoba y Santa Fe.
En los últimos años los directores suizos Arno Oehri y Oliver Primus, filmaron la película Canto al paisaje soñado, que relata la vida del guitarrista, a través de los paisajes de Salta. El gobierno de esta provincia decretó duelo para hoy por la muerte del compositor y guitarrista por lo que las banderas Argentina y de Salta permanecerán izadas hasta media asta en su honor. Al cierre de esta edición no se conocían datos acerca de velatorio o ceremonias de despedida. «

Cómo falú entendió su oficio

l "El hombre es hijo de la tierra y de su paisaje. Mi música y mi canto están cumpliendo con esa necesidad, casi instintiva, que alberga mi ser."

l "Mi profesión tuvo que ver con la casualidad. Nunca hubiera imaginado este destino para mí. Tenía claro que no me entretenían los oficios que cumplían con los designios de la sociedad común. Eso no era para mí. Siempre me gustó disfrutar de la noche y observar cómo se quedaban a guitarrear los paisanos hasta la madrugada. Ese mundo me atraía, y creo que fue decisivo para que me terminara volcando por este camino."

l "Mis obras tienden un puente entre lo popular y la música culta, a través de la guitarra. Podría decir que con la guitarra no solamente rasgueo, sino que le busco otros elementos."

l "Siempre sostuve que la música es importante, pero si no estuviesen estos poetas magníficos que pintaban el paisaje con señorío, hoy mi obra no sería popular."

l "Creo que con Jaime (Dávalos) y otros poetas creamos obras que están en la memoria del pueblo. Son versos que han quedado y quedarán por siempre en la música popular."

l "Cuando tenía diez años me llamó la atención un hombre tocando la guitarra. El sonido de la guitarra me cautivó desde ese momento. Fue algo natural y extraño a la vez. Se me fue despertando una vocación innegablemente auténtica."

l "Siempre me gustó explorar y buscar en la historia, en obras de antes como fue el caso de cuando recopilé `La cuartelera´con arreglo para guitarra".

La historia de un sobrino desaparecido

Eduardo Falú tenía un sobrino desaparecido. Se trata de Luis Eduardo Falú, más conocido como "Lucho", hermano, además, del músico Juan Falú. Lucho fue secuestrado el 14 de setiembre de 1976 en Tucumán, a escasos metros de su casa. Era estudiante de Historia de la UNT y empleado de Gas del Estado. Tenía 25 años.
Días antes de que lo secuestraran, a Lucho lo interceptaron dos agentes del Servicio de Inteligencia y recibió la amenaza de que tenía 30 días para entregar una lista con los nombres de al menos diez militantes. "Hacé una lista con los nombres de esos zurditos amigos tuyos", le dijeron, según contó después a un familiar. Se negó –y poco después– lo secuestraron, a 50 metros de su casa, al mediodía, cuando volvía de su trabajo.
Este año se supo que quien mató a "Lucho" Falú fue el propio represor Antonio Domingo Bussi, según declaró el ex Gendarme Omar Torres en el marco de la megacausa Arsenales II - Jefatura II. "A Lucho Falú el tiro se lo dio Bussi. En el galpón Nº 9 era donde estaban los detenidos. Tenía además un ingreso directo para los camiones. A los que llegaban, los traían en auto en el asiento de atrás o en los baúles. Los sacaban para torturarlos, los golpes eran constantes", había declarado Torres.
La abogada querellante Laura Figueroa había señalado en una entrevista con Tiempo Argentino: "Nos conmueve saber que una persona tan querida por todos, como Lucho, fue ejecutada de esa manera. Lo hizo arrodillar y le disparó de atrás. Y Bussi no tenía vergüenza en decir que era un soldado valiente."

"Un hombre del arte comprometido"

Por Jaime Torres (*)
"Estoy muy triste porque para muchos de ustedes fue un hombre muy querido pero para mí es la pérdida de un compañero, de un hombre del arte comprometido a diferencia de lo que hoy se propone. Perdemos una pista de una gran talla y un nombre muy querido, reconocido por todos nosotros con quienes hemos compartido viajes, giras, no solamente por los músicos sino también para el canto de América. Era un hombre de la guitarra en el mundo, todos hablaban con mucho respeto de él en Europa, en todas partes. De este dolor terminaremos dándonos cuenta cuando entren a escasear sus discos que nos dejaron conmovidos, dolidos, sabiendo con dolor que la vida es esto. Cuando se hablaba de la música era un hombre infaltable.
(*) Músico.


"Un guitarrista prodigioso"

Por Ramón Navarro (*)
"La importancia de Eduardo Falú es inmensa, la más alta que se pueda imaginar. Un artista de una representatividad internacional, no sólo argentina. Ya desde sus comienzos, cuando arrancó en Salta a hacer sus primeras canciones, y luego concretó su enorme obra junto a autores como Jaime Dávalos, Ernesto Sábato, Jorge Luis Borges y tantos otros, pudimos tomar conciencia de su enorme obra. Un guitarrista prodigioso, con una capacidad creadora inimaginable y una voz absolutamente inconfundible, personal. La verdad, hemos perdido a un grande de verdad. De esos que son irremplazables. No sólo por su arte sino por su persona, su hombría de bien. Un embajador de la cultura argentina. Y un paradigma para la gente joven también. Porque todas sus canciones se siguen cantando y tocando hoy."
(*) Músico y amigo personal
de Eduardo Falú.


"Cambió la música argentina"

Por Marcelo Simón (*)
"Compartió la tarea luminosa de escribir canciones para siempre con los grandes poetas de la generación del ‘50 o ‘60 en Salta. Es el último de los grandes que cambió la historia de la música argentina. Se acaba de ir el último al que le debemos el interés que todavía hoy tiene muchísima gente por este movimiento. Recuerdo mucho cuando compartió uno de sus últimos conciertos junto a Mercedes Sosa e hicieron ‘Tonada de un viejo amor’. Fue emocionante. A Falú se debe que hoy el folklore sea un dato de consumo en la Argentina."
(*) Periodista, director de Radio Nacional Folklórica.


"Dueño de un arte único"

Por Teresa Parodi (*)
"Sin duda es uno de los artistas fundamentales de nuestra música, un prócer cultural. Dueño de un arte único, que marcó a varias generaciones y nos convenció de lo hermoso que era ser un guitarrero. De hecho, yo creo que muchísimos jóvenes adoptaron la criolla gracias a él. Creo que Falú y Yupanqui fueron los dos folkloristas que más nos marcaron en ese sentido. Por eso, su postura ética y estética fue admirable e hizo un aporte indispensable para nuestra cultura nacional. Por otro lado, tuve la suerte de compartir momentos con él en Sadaic y puedo decir que era una persona entrañable, con gran sentido del humor. Me gustaba mucho charlar con él. Era muy atento, siempre pendiente de todos, y dispuesto a participar activamente en el directorio. Es una noticia muy triste".
(*) Cantautora.

"Falú se dio cuenta de que yo tenía oído absoluto"

"Un día, Falú estaba por tocar un tema; estaba afinando la guitarra y le dije que tenía una cuerda desafinada. Se horrorizaron todos de que un nene le dijera eso a Falú. Pero él, con muy buen oído y buen tacto, me dijo '¿Cuál?' Le señalé cuál era y ahí se empezaron a dar cuenta de que yo tenía oído absoluto, de que podía reconocer las notas sin referencia previa. Después, tengo otra linda anécdota con Falú: cuando fui a hacer mi primer programa de televisión con Sui Géneris, lo desperté de la siesta y él tuvo la amabilidad de venir al canal conmigo y fue mi padrino artístico. Lo vi hace poco en SADAIC y nos dimos un gran abrazo. Nos tenemos mucho cariño." [Charly García entrevistado en Salta, agosto 2012].

La emotiva despedida de sadaic

En la página oficial de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores se pudo leer, apenas se supo la noticia, un texto donde se recordaba al gran guitarrista que falleció en la tarde ayer. "Sólo podemos detenernos a escuchar su música y a sentirlo más grande cada día", decía. "Esta Sociedad que se enorgullece de haberlo tenido como socio, como directivo y como ejemplo. Y donde deja amigos que lo van a extrañar. Don Eduardo Falú, querido maestro, que difícil resulta despedirlo", cerraba el sentido texto.

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