lunes, 1 de julio de 2013

De Gennaro: "Stolbizer fue hacia atrás al aliarse con la UCR". El diputado de Unidad Popular analizó la fractura del FAP y las perspectivas de su nuevo frente.

Víctor De Gennaro vuelve a entrar en una de las oficinas del departamento en el que funciona la sede del partido Unidad Popular, parte del frente Podemos. Había salido por unos minutos y ahora trae bajo el brazo un termo rojo con agua caliente y en la mano el mate que él mismo cebará y hará circular. El actual diputado nacional, cuya génesis política se forjó en el sindicalismo de la resistencia, a la dictadura primero y al neoliberalismo después, es uno de los protagonistas de una de las novedades que arrojó el cierre de listas para la elección de Primarias del 11 de agosto: la fractura del Frente Amplio Progresista (FAP), la fuerza que en 2011 quedó a casi 40 puntos de Cristina Fernández pero que fue la segunda más votada. 
"Esa gente no nos dio su apoyo para que luego hiciéramos un pacto con el aparato de la UCR", resalta De Gennaro, refiriéndose al rumbo que asumieron algunos de sus ex compañeros de ruta, en especial la jefa del GEN, Margarita Stolbizer, que selló una alianza con Ricardo Alfonsín y lanzó un nuevo frente en la provincia de Buenos Aires.

–¿Qué pasó con el FAP bonaerense?
–El camino de construcción de una alternativa tiene sus bemoles y este fue un golpe duro. Se produjo por el temor de algunos dirigentes a perder espacios y eso llevó al GEN, (el partido de Stolbizer), a aliarse nuevamente con la UCR, a repetir el acuerdo que habían forjado para la elección de 2009. Con esa decisión, dejaron de lado lo que se había logrado en 2011, el respaldo popular a un cambio. –Hermes Binner es el jefe del FAP a nivel nacional. ¿Se ven respaldándolo en 2015?
–El Frente fue la novedad política de 2011. Hablamos de una elección en la que la mayoría de la población votó a los oficialismos, con el precepto de más vale malo conocido que bueno por conocer. Por eso creo que el haber salido segundos fue un dato. El pueblo bonaerense no apoyó el acuerdo entre Alfonsín y (Francisco) De Narváez, ni a la ortodoxia duhaldista. Ese 15% que nos respaldó podría ir a pelear el 50, pero lo dinamitaron. ¿Qué impacto tendrá esto nivel nacional? Se verá. Por ahora me parece que ha ido ganando espacio la alianza con la UCR. Nosotros creemos que no se puede desoír lo que habíamos construido. No vamos a dejar eso de lado.
–Antes de la ruptura, algunos referentes de los otros sectores del FAP sostenían que en Unidad Popular había una especie de antiradicalismo…
–Yo no soy anti nada. Entiendo el dolor que sintieron muchos compañeros del GEN que se fueron de la UCR. Lo entiendo porque pertenecí al peronismo y me fui. La cultura peronista está en nuestras venas, lo mismos que la radical en otros compañeros. En lo que no creo es en las estructuras partidarias que han pactado sostener el actual esquema en la provincia de Buenos Aires, que tiene 600 mil jóvenes que ni estudian ni trabajan. Yo respeto todas las culturas políticas, pero la crisis de representación existe. Y el proyecto colectivo que había generado la esperanza quedó trunco. Bueno, que se hagan cargo los que produjeron ese quiebre.
–¿Cómo ve al resto de la oposición?
–No creo mucho en el concepto de "la oposición". A veces uno apoya las cosas positivas. Alguien diría que el PRO es la oposición al gobierno nacional, pero en el tema de las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo estuvieron de acuerdo. Hay un pacto de gobernabilidad que existe y lo que se disputa es quién lo conduce. Nosotros creemos que hay que discutir un nuevo movimiento político y social que resuelva los problemas de la gente. Apostamos a construir esa alternativa con el FAP. Hoy esa perspectiva está complicada, pero a mi criterio la mayoría del pueblo piensa que las cosas están mal, ya que el 50% de los trabajadores ganan menos de 3500 pesos.
–En esa caracterización que hace, la UCR, el PRO, la Coalición Cívica, el peronismo disidente, no serían opositores al kirchnerismo.
–No. Son aliados. Mirá la provincia de Buenos Aires. Los intendentes del norte son de partidos distintos. Gustavo Posse es radical, Jorge Macri es del PRO y Sergio Massa del PJ. Ahora están todos juntos.
–Esos intendentes hoy son todos opositores. Y, por otra parte, en cualquier repaso que se haga sobre los debates parlamentarios es difícil encontrar muchas leyes en las que la oposición haya acompañado al oficialismo.
–No digo que no haya matices. También se dice que hay progresismo y los diputados progresistas votaron la ley antiterrorista. Por eso sostengo que hay una crisis de representación. Son todos democráticos, pero no hacen consultas populares. ¿Por qué no las hacen? Les tienen medio. Creo que estamos en una transición.
–¿Qué piensa de Massa, que competirá en la provincia?
–Tigre tiene el 60% del territorio continental transformado en barrios cerrados. Hay 450 mil habitantes y sólo 45 mil viven en esos barrios. La Organización Mundial de la Salud dice que en los hospitales hay que tener una cama cada 1000 habitantes. En Tigre sólo hay 120. Está claro que la preocupación de Massa no es la salud pública. Son las cámaras de seguridad y el negocio inmobiliario.
–¿Cómo analiza los cacerolazos que hubo en los últimos meses?
–Primero, con respeto. He tenido la experiencia de ser parte de procesos de organización popular y salir a la calle implica superar muchos temores. No creo, claro, en (Julio) Cobos y en De Narváez explicando los reclamamos de esa gente. Seguramente hay sectores en esas marchas con pensamiento autoritario, pero hay muchos que no, así que creo que hay que abrir canales y escuchar.
–Los reclamos del 18A eran, por ejemplo, terminar con el control de cambios y liberar la compra de dólares…
–No estoy de acuerdo con esa interpretación de la marcha. Me parece que había un reclamo de libertad…
–¿En la Argentina no hay libertad...?
–No digo eso. No estamos en una dictadura y tampoco en un proceso revolucionario. Me parece que es una etapa de la democracia que debe ir en busca de mayor democratización. La Corte Suprema, por ejemplo, tuvo un fallo para que se termine con el unicato sindical, y el gobierno no se animó a democratizar el movimiento gremial. La búsqueda de libertad no termina nunca, es un proceso permanente.
–¿Hay algo que rescate de lo que se hizo en los últimos diez años?
–Sí, hay mucho para rescatar. Por eso estoy en contra de hablar de década ganada o perdida. El pueblo argentino viene avanzando. Nosotros apoyamos la estatización de las jubilaciones y que haya 2,8 millones de pibes que hoy cobren una asignación que antes no tenían. Pero tenemos trabajadores que ganan más de cierta cifra y que quedan afuera. Respaldamos que se reabrieran los juicios contra los genocidas de la dictadura y podría señalar otras cosas. Creo que estamos en un transito a la creación de un movimiento, no contra la pobreza sino por la riqueza. Hay un debate en el pueblo sobre cómo seguir y creo que habrá sorpresas. 
Candidatos y "lucha popular"
Víctor De Gennaro defiende con vehemencia a los candidatos del Frente Popular Democrático y Social, PODEMOS, la coalición de la que forma parte su partido Unidad Popular. "Todos vienen de las luchas populares", remarca.
"Ahora lo más importante respecto de lo electoral es que somos un partido nacional. Tenemos a Claudio Lozano, en Capital Federal, y a Marta Maffei (que lideró la legendaria Carpa Blanca de los maestros en la década del '90), en territorio bonaerense", señala De Gennaro. "El recorrido que ha hecho Marta es muy interesante. Empezó con la resistencia de los docentes y fue incorporando otras causas. Hoy es una gran militante en la lucha por la aprobación de Ley de Glaciares, por ejemplo". "Además, nuestra construcción no es sólo partidaria, también incluye a la CTA y la constituyente social. Estamos construyendo un frente de transformación y de esperanza."
Además de Maffei, en la provincia de Buenos Aires PODEMOS presentará para diputado al líder de la Corriente Clasista y Combativa, Juan Carlos Alderete.

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