"En la curia hay gente santa, de verdad, hay gente santa. Pero también hay una corriente de corrupción, también la hay, es verdad… Se habla del “lobby gay”, y es verdad, está ahí… hay que ver qué podemos hacer…"
Fue en un encuentro de una hora en la biblioteca pontificia, el jueves pasado, con seis dirigentes (tres hombres y tres mujeres) de la CLAR, la Confederación Latinoamericana de Religiosos. También dijo que la reforma de la Curia Romana, el gobierno central de la Iglesia, “es difícil”.
Una síntesis de la audiencia fue publicada en Internet por el sitio progresista católico chileno “Reflexión y Liberación ” y ayer el tema estalló en todo el mundo como una bomba, dada la magnitud de las denuncias formuladas por el mismo Francisco.
Se acabaron las desmentidas del Vaticano sobre estos dos temas tan arduos. El portavoz pontificio, padre Federico Lombardi, jesuita como Jorge Bergoglio, dijo que el encuentro del Papa argentino con los religiosos latinoamericanos de la CLAR “fue una reunión privada” sobre la cual “no tengo nada que informar”.
Lo que dijo Bergoglio destapa el escándalo mayúsculo que culminó el 11 de febrero pasado con el anuncio del Papa Benedicto XVI de su decisión de renunciar a partir de fin de mes.
Entonces, el Vaticano denunció a los que propalaban “informaciones falsas”, “chismes” y “calumnias” publicadas en la prensa sobre conspiraciones de corrupción, tráficos de influencias y el uso del sexo como arma de chantaje por parte de poderosos grupos de prelados gay en la Curia Romana.
Los vaticanistas conocen estas historias, muchas impublicables, desde hace mucho tiempo. El gran escándalo de la fuga de noticias de los aposentos pontificios, con la complicidad del chofer del Papa Benedicto, alcanzó cumbres tan altas que el pontífice alemán nombró una comisión de tres veteranos cardenales (Julián Herranz, Josef Tomko y Salvatore De Giorgi), que en diciembre le consignaron un informe secreto de 300 páginas con detalles de esta historia explosiva.
El nuevo Papa Francisco, elegido el 13 de marzo, recibió de su predecesor ese informe y otro documento, personal, sobre el caso que convenció a Benedicto XVI de que era mejor renunciar. No fue sólo falta de fuerzas físicas: el Papa alemán sintió que no podía controlar las luchas internas de la Curia.
“En la Curia hay gente santa. De verdad, hay gente santa”, dijo el jueves Jorge Bergoglio a los seis religiosos de la CLAR, según la versión de “Reflexión y Liberación”. Francisco agregó que también “hay una corriente de corrupción...Se habla de lobby gay y es verdad, está ahí”.
La elección de Jorge Bergoglio al trono de San Pedro viene de lejos, porque son muchos los cardenales que dijeron ¡basta! hace tiempo, convencidos de que había que actuar un cambio en profundidad y que el arzobispo de Buenos Aires reunía las mejores condiciones de liderazgo. Lo dijo también el Papa a sus interlocutores del jueves pasado. “La reforma de la Curia la pedimos casi todos los cardenales. Yo también la pedí. Pero no la puedo hacer yo. Soy muy desorganizado, nunca fui bueno en esto”.
“Pero están los ocho cardenales de la comisión (que nombró Francisco), que la van a llevar adelante. Ahí está Rodríguez Maradiaga, que es latinoamericano (de Honduras), que lleva la batuta”, como coordinador del grupo. “Está también Errázuriz (cardenal emérito de Santiago de Chile). Son muy ordenados y llevarán las cosas adelante”.
“Recen por mí, para que me equivoque lo menos posible”, les pidió Bergoglio a sus interlocutores de un encuentro que pasará a la historia. Sin embargo, horas después, la CLAR difundió un comunicado, donde no desmintió lo dicho por el Papa, pero aclaró que fue una reunión personal, donde el Pontífice no fue grabado y que sus palabras no estaban destinadas a la publicación: “Es claro que sobre esta base no se pueden atribuir al Santo Padre, con seguridad, las expresiones singulares contenidas en el texto, sino solo su sentido general”, dice el documento. “La presidencia de la CLAR lamenta profundamente lo que ha sucedido y la confusión que esto ha podido crear”, concluye.
Se puede pronosticar que ahora saldrán a la luz muchos misterios sobre los grupos de corrupción y las facciones que han colisionado en luchas intestinas .
El dinero y el sexo han sido utilizados como armas de chantaje y de poder. Hay muchas anécdotas al respecto que probablemente van a volver a salir a la luz, con más fuerza que antes.
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