En la Ciudad de Buenos Aires se impondría cómodamente Gabriela Michetti en el Senado y Pino Solanas y Daniel Filmus disputan el segundo puesto. Están en juego 127 bancas de diputados nacionales (la mitad de la Cámara baja), en los 24 distritos electorales del país y 24 asientos en el Senado nacional –un tercio de esa Cámara– que se dirimirán en ocho provincias.
La oposición, fragmentada en distintas alianzas nacionales y locales, es la que más arriesga en Diputados, donde debe renovar las 80 bancas obtenidas en 2009, en su mejor elección durante la década kirchnerista, mientras que el oficialismo renueva 47.
La ecuación se invierte en el Senado, donde el oficialismo pone en juego 11 bancas propias y otras cuatro de aliados que fueron elegidos senadores en 2007 –en la elección que consagró a Cristina Kirchner como presidenta en su primer mandato–, frente a nueve de la oposición. Si se repitieran los resultados de las PASO, el kirchnerismo refrendaría su condición de primera minoría parlamentaria y mantendría –con el aporte de sus aliados más fieles– un ajustado quórum propio en ambas cámaras legislativas.
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