martes, 29 de octubre de 2013

Día Mundial del ACV : Se celebra con un cerebro gigante en el Obelisco para que la gente se acerque a informarse.

Un cerebro gigante instalado frente al Obelisco convocó a decenas de personas a informarse sobre las señales de alerta de un ACV y a realizarse gratuitamente distintas prácticas médicas relacionadas con el control y detección de factores de riesgo, en el marco del Día Internacional del ACV.


Bajo el lema "No al ACV, me importa y me ocupo", la muestra didáctica montada en el Obelisco incluyó una carpa con forma de cerebro donde se proyectaba un video educativo.

Además hubo cuatro puestos periféricos, donde los vecinos se podían medir la presión arterial, la frecuencia cardíaca, el nivel de glucemia, el índice de masa corporal y hasta realizarse un ecodopler de vasos de cuello para verificar el estado de las arterias.

"El ataque cerebral es una de las principales causas de muerte y discapacidad tanto a nivel mundial y su reconocimiento temprano y la decisión rápida afectan de forma crucial las secuelas y la sobrevida de la persona que lo está sufriendo", explicó Pedro Lylyk, presidente de la Fundación para el Estudio de las Neurociencias y la Radiología Intervencionista (Feneri).

La entidad fue la organizadora del evento junto a la Asociación Argentina de Ataque Cerebral (AAAC).

El especialista contó que "los médicos durante mucho tiempo nos hemos mantenido encerrados hablándonos entre nosotros y la gente no supo qué estaba pasando. Creo que sin complejizar la situación, la gente tiene que saber cómo se puede afectar un órgano tan vital que nos hace únicos como es el cerebro".

La cuota de color la dio la "energicleta": una bicicleta fija conectada a una batería, que a su vez estaba conectada a una licuadora, de modo que las personas que se animaban a pedalear producían la energía necesaria para preparar el rico y saludable jugo que las esperaba una vez concluido el ejercicio.

"Lo vimos en la tele y vinimos para acá porque mi suegro tuvo parálisis por un ataque de presión y vinimos para informarnos y contarle", aseguró Cinthia Insfrán después de pedalear un rato.

Otro de los visitantes a la carpa fue Francisco Frías, quien contó que necesita hacerse este tipo de controles por su colesterol alto, "pero en el hospital todo se demora mucho, así que aproveché para hacerlos acá".

"Mi hermano tuvo un ACV hace 3 años, cuando tenía 45 y durante mucho tiempo no pudo hablar y había perdido la movilidad de un brazo y una pierna. Como sé que estoy en el grupo de riesgo, por las dudas vengo", dijo Gladys Benítez.

La campaña sirvió también para exhibir la última tecnología médica relacionada con esta dolencia: un tomógrafo portátil que reduce drásticamente los tiempos del diagnóstico al permitir realizar tomografías cerebrales dentro de una ambulancia, en cuidados intensivos o en un quirófano, y que se encuentra en la Clínica Sagrada Familia del barrio porteño de Belgrano.


El ataque cerebral, que afecta a 15 millones de personas por año a nivel mundial y en la Argentina provoca 18.000 muertes anuales, es un conjunto de síntomas y signos neurológicos agudos originada por una dolencia en los vasos cerebrales.

Las señales de alerta que pueden presentarse en forma súbita y aguda se conocen como "las 5 C" por manifestarse en la cabeza (repentino dolor de máxima intensidad), cuerpo (falta de coordinación, pérdida de fuerza de un lado), ceguera (pérdida repentina de la visión de un ojo o visión borrosa), caminata (súbita alteración del equilibrio al caminar) y confusión (aparición inesperada de problemas para hablar o entender).

Ante la presencia de estos síntomas, las personas deben llamar al servicio de emergencias o concurrir a un servicio especializado, porque el tiempo es fundamental para disminuir los grados de discapacidad que puedan resultar.

En cuanto a los factores de riesgo, modificables a través del cambio de hábitos de vida, se encuentran la hipertensión arterial, la arritmia cardíaca, la diabetes y el tabaquismo.

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