domingo, 15 de septiembre de 2013

El cura Brochero es beato y más de 150 mil personas lo celebraron.

El Papa Francisco envió una carta en la que lo describió como "un pastor con olor a oveja, pionero en salir a las periferias geográficas". Estuvo presente Nicolás Flores, el niño hoy de 13 años que sobrevivió a un grave accidente.


La niebla se desliza por las montañas y un ejército de hombres y mujeres con materas y sillas plegables pueblan por unas horas un predio de 80 hectáreas. No los convoca un recital de rock ni un dictado de promesas. Están allí para venerar a un hombre que murió de lepra hace 100 años y unos meses. Asisten a la beatificación de José Gabriel Brochero, el "cura gaucho", el "pastor con olor a oveja", como lo llamó el Papa Franciso, la figura histórico política más importante de una región marcada por las adversidades geográficas. Más de 150 mil personas provenientes de todos los puntos del país disfrazaron el pie de la sierra en un inmenso valle de la fe. Y rezaron hasta que el frío los devolvió al camino.

A las 10:12 de ayer se inició el rito. El obispo de Córdoba, Carlos José Ñañez, interpretó el pedido de beatificación al cardenal Angelo Amato, enviado especial del Papa Francisco. Lo acompañaron la doctora Silvia Correale, postuladora de la causa y el Padre Julio Merediz, vicepostulador.

La mujer leyó una semblanza que describió al sacerdote diocesano y que resumió en algunos puntos claves de su vida. Merediz expresó que se trató de "un pastor dotado de gran espíritu de sacrificio, que sirvió a la gente más pobre del campo y murió enfermo de lepra y ciego". El religioso afirmó que Brochero "fue ungido para ungir al pueblo fiel" y opinó que "su opción por los más necesitados no fue una postura ideológica ni estereotipada sino que vivió austeramente y murió pobre".

A las 10:25, Amato leyó la carta apostólica hablando un español muy trabajado: "Con nuestra autoridad apostólica concedemos que el venerable siervo de Dios José Gabriel del Rosario Brochero sea llamado beato de ahora en adelante." Un coro de solemnes y contenidos aplausos interrumpió el relato y, recién cuando terminó, el Vaticano anunció que la fecha destinada al cura en el Santoral es el 16 de marzo. En ese momento quedaron evacuadas las dudas más repetidas entre los fieles dado que también se descubrió la imagen con la que se venerará al beato: una foto de su rostro. Su tez morena, los pómulos inflamados, la frente amplia, los ojos achinados con mirada perdida y los cabellos canos están impresos por cientos de millones y tienen destino de billeteras, cristales de camiones y vehículos y porta documentos. Una imagen alternativa que muestra a Brochero con sombrero, sobretodo y bastón también fue repartida entre los presentes e ilustró las acreditaciones de prensa.
A las 10:28 ingresó Nicolás Flores, el artífice involuntario del rito. El joven de 13 años es el argumento teórico de la beatificación. El atisbo científico del que se valió la Iglesia Católica para determinar que su sanación, en septiembre de 2000 y luego de tres paros cardiorespiratorios, es en realidad un milagro. Nico y su padre protagonizaron un accidente de tránsito en Falda de Cañete cuando el niño tenía sólo once meses de vida. Vicente Montenegro fue el neurocirujano del hospital de niños que lo operó en tres oportunidades.
Recordó a la prensa que "en esas condiciones se constataron contusiones pulmonares, fallas cardíacas y lesiones craneoencefálicas severas" y advirtió: "No soy la persona indicada para hablar de milagro, pero sí estoy convencido de que el paciente tuvo una mejoría asombrosa, que superó las expectativas que yo tenía."

Nico tiene secuelas motoras que se evidencian en su pie derecho cuando camina. Sin embargo, tuvo un buen desarrollo psicointelectual que le valió para acceder a una escuela de educación convencional. Con mucha emoción y acompañado de sus padres (casados en la iglesia de Villa Cura Brochero), llevó las reliquias hasta el escenario. Su marcha sólo se detuvo cuando una voz femenina le gritó "¡Vamos Nico!" desde el palco. El pibe regaló una sonrisa de alivio ante tanta formalidad protocolar y los medios de prensa, que superaron los 500 acreditados, obtuvieron su foto más espontánea.

El relicario es una creación de Pablo Méndez, un artista plástico de 38 años nacido en Neuquén pero que vive en San Carlos Mina, a 70 kilómetros de Brochero. Describió su obra –hecha íntegramente con algarrobo– a Tiempo Argentino: "No podía faltar el vehículo que lo ayudó a cumplir su tarea y por eso incluí una mula; además, debía estar en la sierra y en el corazón mismo de esa sierra, la reliquia." Las mismas son protegidas por dos vidrios laterales de 30 por 30 centímetros y la estructura tiene una luminaria superior que funciona a pila. Sólo el relicario pesa entre 60 y 70 kilos mientras que la mesa y el implemento que lo atraviesa y permite portarlo suman otros 90 kilos. No obstante, el algarrobo se aliviana a medida que se va secando. La obra, a la cual Pablo calificó como "el hecho más trascendental de mi carrera artística", recorrerá todo el país. "Soy creyente, no me levanto un día sin el permiso de Dios, aunque no me considero católico, más bien metafísico", reveló el artista.

Acto seguido, Amato brindó una misa en la que siguió destacando la virtudes del nuevo beato y afirmó que la "Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad de santos". También se leyó la misiva que el Papa Francisco escribió para la ocasión y en la que reforzó esa idea: "Es un pionero en salir a las periferias geográficas y existenciales para llevar a todos el amor, la misericordia de Dios. No se quedó en el despacho parroquial, se desgastó sobre la mula y acabó enfermando de lepra, a fuerza de salir a buscar a la gente, como un sacerdote callejero de la fe." El Sumo Pontífice calificó al beato como "un hombre normal, frágil, como cualquiera de nosotros", que "supo salir de la cueva del yo, me, mi, conmigo y para mí, del egoísmo mezquino que todos tenemos, venciéndose a sí mismo ".

Participaron del acto los gobernadores de Córdoba, José Manuel de la Sota, y de San Juan, José Luis Gioja y el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, junto al secretario de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri. 

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