martes, 2 de julio de 2013

Renunciaron dos directivos del Banco del Vaticano El director general y el vicedirector dieron un paso al costado "en el mejor interés del IOR y de la Santa Sede" informó el presidente de la entidad. Las dimisiones fueron aceptadas por la comisión investigadora creada por el Pontífice.

El nuevo escándalo de corrupción que sacudió al Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco Vaticano, se cobró ayer sus primeras víctimas con la renuncias del director general, Paolo Cipriani, y el vicedirector, Massimo Tulli, tres días después de la detención del prelado Nunzio Scarano y dos presuntos cómplices, acusados de fraude y corrupción en la entidad.


Las dimisiones de Cipriani y Tulli fueron aceptadas por las autoridades vaticanas y las funciones que desempeñaban serán cubiertas transitoriamente por presidente del IOR,Ernest von Freyberg, quien ayer destacó que estas últimas movidas aceleran las reformas en el llamado Banco de Dios. En tal sentido, recordó que el Papa Francisco creó el 26 de junio pasado una comisión formada por cinco personalidades para investigar y aportar transparencia al IOR, envuelto desde hace años en numerosos escándalos financieros.

El Consejo de Supervisión y la Comisión Cardenalicia, que ahora vigila el funcionamiento del banco, abrió un proceso de selección para designar a los sucesores de Cipriani y Tulli. Ese consejo está formado por Von Freyberg y cuatro consejeros, el alemán Ronald Hermann Schmitz, el español Manuel Soto Serrano, el estadounidense Carl Albert Anderson y el italiano Antonio María Marocco.

Según un comunicado del Vaticano, Cipriani y Tulli renunciaron "en el mejor interés del instituto y de la Santa Sede". Von Freyberg estará ayudado por Rolando Marranci, que asumirá de manera interina la vicedirección del IOR, y Antonio Montaresi, como responsables de proyectos especiales.

Marranci trabajó en un banco italiano en Londres como jefe de operaciones y Montaresi en varias entidades financieras de Estados Unidos como director de riesgos.
Von Freyberg agradeció a Cipriani y Tulli la "dedicación personal que han manifestado durante estos años", a la vez que resaltó que Marranci y Montaresi son "dos excelentes profesionales".

La comisión creada por Francisco tiene como objetivo recoger información sobre la marcha del IOR para "llegar a una mejor armonización del instituto respecto a la misión de la Iglesia católica", según informó el Vaticano ese día. Ese fue el segundo paso dado por el Papa Bergoglio para la reforma del IOR, después de que el 15 de junio fuera nombrado el sacerdote italiano Battista Ricca como secretario interino del organismo.

Antes, el 15 de febrero, la Comisión Cardenalicia nombró al alemán von Freyberg, de 55 años, presidente del IOR, en sustitución del italiano Ettore Gotti Tedeschi destituido el 24 de mayo de 2012 tras verse salpicado por irregularidades que investiga la Fiscalía de Roma en el ámbito de prevención del blanqueo de dinero.

El IOR, con sede en la Ciudad del Vaticano, fue fundado por Pío XII en 1942 y tiene personalidad jurídica propia. En la entidad trabajan 112 personas y dispone de 12 ventanillas. Su única sede está en el Vaticano.

A principios de la década de los ochenta se vio salpicado por el escándalo de la quiebra del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, encontrado ahorcado bajo un puente de Londres en 1982. Aunque el Vaticano siempre rechazó cualquier responsabilidad, sí admitió su "implicación moral" y pagó 241 millones de dólares de la época a los acreedores de la entidad. 

El viernes será presentada la primera encíclica del Papa Francisco titulada "Lumen Fidei": la luz de la fe. El documento –que en la Iglesia Católica es una carta del Sumo Pontífice dirigida a los obispos y, a través de ellos, a todos los fieles– estará disponible en italiano, francés, inglés, alemán, español y portugués, y fue bautizado como la "encíclica a cuatro manos", porque su redacción la inició el ahora Papa emérito Benedicto XVI pero la terminó, firmó y publicó su sucesor, Jorge Mario Bergoglio. 

Joseph Ratzinger había comenzado a redactar la "circular" con motivo del Año de la Fe, pero no había llegado a terminarla cuando renunció, el 28 de febrero pasado. El 13 de junio, el obispo de Roma aseguró que terminaría el trabajo que había comenzado su predecesor y que, para el ex arzobispo de Buenos Aires, es "un documento fuerte y una gran labor". 

La primera encíclica de un Papa genera gran expectativa porque, en ella, están contenidas las líneas guía que encaminarán el nuevo pontificado. Y, en este caso, se trata de la primera escrita por dos Papas en la historia de la Iglesia Católica. El documento será presentado por el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos; Gerhard Ludwig Muller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el ex Santo Oficio) y el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.

El 13 de junio, Francisco recibió a la Secretaría del Sínodo de los Obispos y les confió que Benedicto XVI le había entregado el borrador de la encíclica sobre la fe, "un documento fuerte, un gran trabajo", precisó.

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