sábado, 22 de junio de 2013

Sergio Massa: El jefe comunal de Tigre pasó por la Ucedé y el menemismo; después fue jefe de Gabinete de Cristina y candidato testimonial.

Se terminó el misterio: Massa rompió con el kirchnerismo y se presentará como candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires con su propio partido, Frente Renovador.

Con sólo 40 años, el actual intendente de Tigre tiene una extensa trayectoria política que comenzó en su adolescencia, cuando militaba en el partido conservador de la Ucedé, creado por Álvaro Alsogaray.

Al poco tiempo pasó, al igual que muchos integrantes de las filas de la Ucedé, al menemismo. Massa, de hecho, militó activamente para que se diera la unión de ambos. Su cambio a las filas del PJ se dio a partir del contacto con Marcela Durrieu, esposa del ex secretario de Deportes Fernando "Pato" Galmarini y padres ambos de su actual mujer, Malena.

Así, desembarcó en el Ministerio de Desarrollo Social durante la gestión de Ramón "Palito" Ortega. Luego, resultó electo diputado provincial por Buenos Aires, y de ahí dio un primer salto importante, al convertirse en el 2002 en el director ejecutivo de la Anses. Dato no menor: Duhalde lo ubicó en esa cartera, que maneja importantes fondos, y no la abandonaría hasta el 2007.

La historia a partir de ese punto ya es más conocida. Massa se convirtió en el 2007 en el intendente de Tigre, y convirtió la gestión de ese municipio como herramienta de construcción política y de marketing personal .

En ese sentido desarrolló una estrategia de comunicación que logró implantar la marca "Tigre" como sinónimo de "Massa". Cada vez que un canal de televisión repite las imágenes de las cámaras de seguridad del municipio, o cada evento benéfico apuntalan esa marca.

En el medio, las idas y vueltas con el kirchnerismo. En julio del 2008 Massa dejó el cargo de intendente, tras ser nombrado jefe de Gabinete para reemplazar a Alberto Fernández que se vio obligado a presentar su renuncia luego de que el kirchnerismo no lograra imponer en el Congreso la famosa resolución 125 sobre las retenciones móviles.

Exactamente un año después, Massa fue sucedido por Aníbal Fernández, para poder presentarse como candidato en las elecciones legislativas, aunque se trató de las llamadas candidaturas "testimoniales". Si bien ganó una banca con el kirchnerismo, renunció al poco tiempo.

Ese episodio le costó al intendente de Tigre hasta hoy el mote de "traidor" por parte del kirchnerismo, ya que su candidata a concejal en Tigre y esposa, Malena Galmarini de Massa, sacó junto con su lista 14 puntos por sobre el candidato a diputado en la misma provincia Néstor Kirchner. Esto fue posible gracias a que llevó una boleta local, despegada de la de Kirchner.

Massa fue electo en el 2009 nuevamente intendente de Tigre, y en el 2010, tras las filtraciones de Wikileaks, la distancia con el kirchnerismo se acentuaría aún más. En uno de dichos cables habla del ex presidente Néstor Kirchner en términos despectivos calificándolo de "perverso", "cobarde" y hasta calificándolo de "monstruo".

La situación no cambiaría hasta el año pasado, cuando la Presidenta lo elogió durante un acto televisado. Acto seguido, llegó el elogio de todo el kirchnerismo hacia Massa. Incluso, en julio diputado ultrakirchnerista Edgardo Depetri llegó a mencionarlo como posible presidenciable.

Cerca de Massa siempre pensaron que los elogios buscaron mortificar al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y desacelerar la dinámica electoral, porque también el Gobierno necesita gestionar. Mientras, Massa juega al equilibrio: ayudó a Scioli comprando Letras del Tesoro provincial y lo criticó por la falta de policías o la situación del Ceamse.

Ahora, tras confirmarse que se presentara como candidato en las legislativas, habrá que ver como sigue la relación con el kirchnerismo. Su candidatura mantuvo en vilo a la oposición y al oficialismo, ya que según las encuestas sería el postulante con mejor imagen en la Provincia. Si Massa logra un triunfo por sobre el candidato del FPV, el kirchnerismo vería peligrar definitivamente su proyecto reeleccionista.

El oficialismo necesita una victoria en Buenos Aires para compensar los malos números que le dan los sondeos en Santa Fe, Córdoba y Capital Federal.

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