sábado, 25 de mayo de 2013

Lozano: “La idea del rejunte opositor ya se mostró como un fracaso”

Entrevista realizada por Diario Z al diputado Claudio Lozano del Frente Amplio Progresista. Explica cómo se desarmó esa fuerza en la Ciudad. Critica a Solanas y a Libres del Sur por sus nuevas alianzas. Y habla sobre la construcción de un nuevo espacio político.

El economista Claudio Lozano es diputado nacional por el Frente Amplio Progresista. También fue fundador de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), en 1992, y dirigió el prestigioso Instituto de Estudios sobre Estado y Participación de la Asociación de Trabajadores del Estado. Es la tercera vez que ocupa una banca como diputado nacional por la Ciudad. La obtuvo en las elecciones de octubre de 2011, en las que se presentó como candidato por Unidad Popular, una de las fuerzas que integraron las listas del Frente Amplio Progresista (FAP).
Ahora, el FAP no existe más como tal en la Ciudad. Lozano explica que el acuerdo de Libres del Sur con Alfonso Prat Gay y la alianza entre Elisa Carrió y Pino Solanas colmaron su paciencia y le quitaron toda esperanza de armar en el distrito una alternativa progresista desde el frente que a nivel nacional conduce Hermes Binner. Pero asegura que va a seguir intentando construir en la Ciudad una alternativa por izquierda al macrismo y al gobierno nacional.

Antes de hablar de la crisis del FAP quería consultarlo sobre el decreto que Macri firmó para “resguardar” la libertad de prensa en el distrito.
Me parece la sobreactuación de un jefe de Gobierno que carece de autoridad moral para hablar de libertad de expresión o de defensa de los periodistas después de haberlos reprimido en el hospital Borda. El decreto raya en lo inconstitucional: no existe la posibilidad de que la Ciudad limite la aplicación de la ley nacional. Respecto de la presunta intervención a Clarín, las leyes vigentes no permiten ningún tipo de intervención que pueda alterar la línea editorial de un medio o la libertad de los periodistas.

Victoria Donda comparte actividades con Prat Gay y Pino Solanas con Elisa Carrió. ¿Qué hará su partido?Unidad Popular nació de la militancia construida en el marco de las organizaciones populares que integran la CTA, es parte de un proceso político mucho mayor. No sólo tenemos una experiencia partidaria, sino con la creación de organizaciones populares, la recuperación de sindicatos, la creación de otros nuevos, la construcción de institutos de estudio. Pensamos la política en términos integrales. El desarrollo de Unidad Popular estuvo atado a la construcción de un frente que fue la experiencia del FAP, de la que participamos en 2011. En el caso de la Ciudad, veníamos con la idea de que había que juntar las fuerzas del FAP con las de Proyecto Sur para armar un polo de acumulación política de centroizquierda, popular, democrático, para disputar la Ciudad con una propuesta que no tuviera que ver ni con la variante neoliberal de Mauricio Macri ni con el oficialismo nacional. Veníamos trabajando bien en esa dirección hasta que Libres del Sur –una de las fuerzas que integra el FAP– decidió hacer un acuerdo con Alfonso Prat Gay, María Eugenia Estenssoro y la Unión Cívica Radical. Para nosotros, un rumbo que no tenía que ver con la profundización de un perfil progresista, más bien todo lo contrario. Después se produjo un inesperado e inexplicable acuerdo de último momento entre Solanas y Carrió. Quienes formaban parte con nosotros del FAP en la Ciudad, y Pino Solanas en particular, tomaron opciones que los asocian con una oposición más conservadora al gobierno nacional.

¿Rompen con Proyecto Sur?
Estamos discutiendo con un espectro muy amplio del sector que se fue de Proyecto Sur, que proviene de sectores universitarios, territoriales y demás. Trabajamos en la construcción de una nueva propuesta política en la Ciudad. Estamos discutiendo con los compañeros del MST, con comuneros que se fueron frente a la decisión que tomó Solanas, con parte de los sectores del socialismo en la Ciudad que no comparten el sumarse a la acción con Carrió. Hay un espacio muy amplio que busca una alternativa de centroizquierda.

¿Y quién será el candidato?
Es muy probable que yo termine siendo candidato a senador, cosa que no tenía pensada, porque soy diputado nacional y tengo dos años más de mandato. Pero hay un espectro muy importante de actores políticos y sociales que creen que tengo que serlo. No es para nada una cuestión imprescindible desde mi punto de vista. Pero hay un espacio de agrupaciones y de sectores políticos y sociales que lo están planteando, y si eso se termina confirmando, seré candidato a senador.

Hermes Binner, líder del FAP y presidente del Partido Socialista, ¿se transformó en un candidato de derecha?
Creo que ha habido algunas declaraciones poco afortunadas, por lo general han estado asociadas a la experiencia venezolana. En todo caso, las razones las tendrá que explicar él. Son definiciones que nosotros no compartimos.

¿Binner quedaría colocado como oposición conservadora frente al gobierno nacional?
Nosotros siempre hemos rechazado el lugar de la oposición conservadora que vienen ocupando determinados sectores. Si tenemos diferencias hoy con la definición tomada por Pino con Carrió o con la tomada por Libres del Sur es porque claramente los vemos en una situación donde compran cierto planteo que es la idea de “todos contra el gobierno; no importa con quienes, pero vamos todos contra esto porque es lo que hay que frenar”. A nosotros nos parece que la idea del rejunte opositor es una idea ya fracasada, quizá su expresión a nivel de gobierno más clara fue la propia Alianza en la estrategia contra Carlos Menem e incluso en términos de oposición fue el Acuerdo Cívico y Social de 2009, que después terminó no pudiendo dar dos pasos de manera conjunta. Se resuelve construyendo futuro, no asociándose con el pasado.

¿Cómo cree que le irá a Macri en este año electoral?
Creo que va a depender de las alternativas que haya. Veo con mucha preocupación y pena que Pino Solanas haya tomado el rumbo que tomó, porque creo que ha fracturado la posibilidad de construir una alternativa a la disputa en la Ciudad. Tenemos que pensar cómo se construye una propuesta política nueva, que entienda la importancia de aprovechar la Constitución de la Ciudad y las virtudes que en términos de participación esta ciudad genera, que nos permita discutir en serio el planeamiento urbano, el ponerle límite al negocio inmobiliario, que podamos asociar en serio el desarrollo productivo y la infraestructura en materia de viviendas con una ciudad más vivible. Además me parece que hay que presentar mejor todas esas cosas. El desafío es no reeditar el progresismo que ya fracasó. Creo que si la alternativa al macrismo es lo que ya fracasó es muy difícil que haya perspectivas, creo que en esto se aplica algo parecido a lo que dije con respecto al gobierno nacional: no se resuelve el problema con un “todos contra Macri”, del mismo modo que no se resuelve el problema en “todos contra Cristina”, porque cuando alguien se define con el “todos contra”, el único que tiene sentido en la cancha del escenario político es o Macri o Cristina, y la verdad es que hay que ser capaz de decir cuál es el sentido de futuro que uno le propone al conjunto de los habitantes de la Ciudad o al conjunto del pueblo argentino. Si uno no dice quien es y adonde va, qué sentido tiene acompañarlo. Esa es la discusión de fondo.

¿Qué herramientas de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires le parece que están desaprovechadas?
El presupuesto participativo, por ejemplo, es una herramienta formidable. Nosotros queremos pasar de la ciudad de las torres y los shoppings a la ciudad del trabajo, la producción y la vivienda. Ése es el concepto central del cambio que queremos impulsar. La gestión de Macri ha sido mediocre por donde se la mire. Lo único que le salió bien al jefe de Gobierno fue la estrategia de victimización.

¿Y qué opina del gobierno nacional?
Nosotros entendemos que el gobierno actual es el resultado de un proceso de avance popular que se materializó en las manifestaciones de fines de 2001. Ese avance popular hizo que a nivel del espacio institucional se concretara una serie de reivindicaciones que han sido importantes. Pero en general no compartimos la gestión gubernamental. Es decir, hay un proceso popular del cual nosotros nos sentimos parte y hay una gestión gubernamental que desde nuestro punto de vista obtura el proceso de cambio. Es más: nos parece que es un gobierno que ya dio todo lo que podía dar y que es hora de construir una estrategia de superación, pero que eso no se resuelve con una estrategia de asociación con quienes tienen que ver con lo que ya pasó en la Argentina.

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