sábado, 18 de mayo de 2013

Informe Especial: Petróleo Argentino, (Argentino?) Nacionalización, estatización o nueva re privatización? / A partir del convenio que firmaron YPF y Chevron, se develan varias incógnitas. Todo lo que ud. quería saber sobre la política petrolera actual, y temía preguntarlo.

El pasado 15 de Mayo de 2013, los diarios publicaron la siguiente nota:
"YPF y Chevron firmaron un acuerdo comercial por Vaca Muerta.
El entendimiento prevé el desarrollo de shale oil en el yacimiento neuquino y contará con una inversión inicial de hasta 1.500 millones de dólares. En tanto, el desarrollo completo del primer clúster demandará una inversión superior a los 15.000 millones de dólares.
El presidente de YPF, Miguel Galuccio, y su par de Chevron para América Latina y Africa, Ali Moshiri, firmaron hoy un acuerdo comercial para el desarrollo de shale oil en el yacimiento neuquino de Vaca Muerta, por el cual se prevé una inversión inicial de hasta 1.500 millones de dólares.
El entendimiento rubricado hoy en la sede central de YPF -en el que se especifica términos y condiciones comerciales- es el paso previo al acuerdo definitivo que ambas compañías tienen previsto cerrar en julio próximo.
El convenio "refleja el altísimo grado de avance tras cinco meses de trabajo conjunto de los equipos técnicos de ambas compañías", señaló YPF a través de un comunicado de prensa.
Sobre esa base, se definieron el modelo de ejecución del proyecto, el perfil de producción objetivo, la construcción de facilidades de superficie, el costo de desarrollo y la organización de los equipos de trabajo de campo, entre otros elementos clave del proyecto.
Ayer, Galuccio y Moshiri visitaron ayer las operaciones en Vaca Muerta, en la zona de Loma La Norte y Loma Campana, en Neuquén, tras lo cual mantuvieron una reunión con el gobernador de lam nprovincia Jorge Sapag.
Según la información oficial, se prevé la inversión por parte de Chevron de hasta 1.500 millones de dólares en el primer piloto de desarrollo masivo de petróleo no convencional en Vaca Muerta, en las áreas de Loma La Lata Norte y Loma Campana.
"Al clúster de shale (que ya está en marcha por parte de YPF, tiene en producción más de 50 pozos) se le dará un fuerte impulso con la perforación de más de 100 pozos en los próximos doce meses", destacó la petrolera nacional.
Bajo el acuerdo final se definió el alcance del trabajo conjunto para explorar por parte de Chevron junto a YPF nuevos desarrollos de no convencional en la Formación Vaca Muerta y en la Formación Cacheuta mediante la perforación de más de 25 pozos exploratorios.
El desarrollo completo del primer clúster demandará una inversión superior a los 15.000 millones de dólares.
El cierre de la transacción se espera que ocurra durante julio de este año y está sujeto a documentación definitiva, cuestiones regulatorias y las ratificaciones de los respectivos Directorios de ambas compañías.
"Tenemos un fuerte compromiso y junto a Chevron conformaremos el primer joint venture con una inversión importantísima para avanzar con el desarrollo del shale", dijo ayer Galuccio.
YPF incrementó sus equipos activos en no convencional, que pasaron de cuatro a inicios de 2012 a 14 para finales de mayo de este año, mientras que la producción en Vaca Muerta creció de 4.000 barriles por día a inicios de año, a 7.000 barriles por día en la actualidad."

Capítulo primero: 

Cómo empezó ésta historia de nacionalizaciones y fervor al mejor estilo Mosconi?

El embate del gobierno nacional contra Repsol, controlante de YPF, es vendido como parte de la “lucha contra las corporaciones”, pero en realidad, esconde otras motivaciones mucho menos heoicas de las que se presentan. 

Durante diciembre de 2010, se anunció el “descubrimiento” de importantes reservas de shale oil y shale gas en el sur de nuestro país. El shale es la denominación que se le da al petróleo y al gas que se encuentran entre la roca de la corteza terrestre, por el cual se utilizan métodos de extracción denominados “fractura hidráulica” que consisten en la inyección de grandes cantidades de agua más arenas y aditivos químicos, como el tolueno y el benceno, altamente contaminantes y cancerígenos.

El descubrimiento al que hacemos referencia más arriba, significó que nuestro país aumentó de un plumazo cinco veces las reservas de gas. El shale gas, o gas esquisto, es un combustible que se viene utilizando en el hemisferio norte, sobre todo en EEUU y Canadá, en reemplazo del gas convencional, al punto que la producción de esquisto saltó de 11.037 millones de metros cúbicos en 2000 a 135.840 millones en 2010. En caso de seguir a este ritmo la expansión, en 2035 llegará a cubrir 45 por ciento de la demanda de gas general, según la EIA, agencia de energía de los Estados Unidos.

Un estudio de la misma agencia, publicado en abril de 2011, encontró prácticamente el mismo volumen (187,4 billones de metros cúbicos) de gas esquisto en apenas 32 países, y China, Estados Unidos, Argentina, México, Sudáfrica y Australia (en ese orden) concentran casi el 80% de esas reservas.

Las reservas en nuestro país están en yacimientos bajo dominio de Repsol, sobre todo en la provincia de Neuquén, y están calculadas para alcanzar a 300 años de consumo actual, como para que veamos de qué cifras y de qué negocios estamos hablando.

A principios de este año, se realizó en Buenos Aires el congreso “Shale Gas & Tight Oil 2012″, del que participaron empresas como Exxon Mobil, Total y Statoil, y bancos como el Citi y del Bank of America. Se advierte que entre los participantes no se encontraba el principal actor y poseedor de los yacimientos, que es Repsol. “Sorpresivamente”, luego de la operación de tiroides presidencial, la presidenta “eligió” como blanco a la empresa de origen español, coincidentemente con los anuncios de una reestatización y otras yerbas.
El impresionante negocio en danza, ha recrudecido la lucha intermonopolista mundial por el control de estos recursos, en una pelea abierta por los mismos y a la que se presenta como la “lucha contra las corporaciones”. Mejor sería, lucha entre corporaciones, en las que el gobierno nacional es arte y parte favoreciendo, según el caso, los intereses de uno u otro sector monopolista.

No existen batallas justas pues no es justo el fin que se persigue, sólo es una batalla por ver qué sector de la oligarquía financiera mundial se queda con esos recursos. Este es el funcionamiento del capitalismo monopolista de Estado en toda su dimensión. 

Segundo capítulo:

Gas y petróleo shale: ¿de qué negocios estamos hablando?

El viernes 22 de Marzo de 2013, la presidenta Cristina Kirchner discurseaba en alusión al aniversario del último golpe militar del año 1976 mintiendo sobre el objetivo de las vanguardias revolucionarias a quienes atribuía su lucha por “esta democracia”, en El Trapial, localidad de la provincia de Neuquén, uno de los monopolios petroleros más grandes del mundo, “Chevron”, ultimaba los detalles para poner en funcionamiento, en las próximas semanas, la planta de producción de gas y petróleo shale en el yacimiento más grande de esa provincia y segundo del país, detrás de Cerro León en Chubut, de los que se tiene conocimiento hasta ahora, según los propios medios burgueses.

La noticia que publican los diarios de la zona dan cuenta que la producción diaria estimada será de 3.530 m3 de petróleo.

Con un gran despliegue propagandístico a favor de la empresa y la instrumentación política del Estado nacional y provincial para adjudicar y llevar adelante el proyecto, informan que creará poco más de 300 puestos de trabajo “directo” y unos 700 puestos de trabajo “indirectos” (contratados). Aportará al fisco la suma de US$ 293 millones de dólares en concepto de impuestos, tasas y regalías, aunque no aclara en qué plazo, lo cual hace sospechar que se trata de lo que aportará durante todo el tiempo que dure la concesión, es decir hasta el año 2032.

Veamos ahora de qué negocio hablamos:

Producción: Una producción diaria de 3.530 m3 de petróleo, sólo por ahora y en vistas a crecer. Lo cual significa 22.200 barriles (159 litros cada barril), a un valor por barril de US$ 95, al día de hoy, lo cual significa US$ 2.109.000 dólares por día, o sea US$ 769.785.000 dólares al año. Y a esto hay que sumarle el gas que se obtiene también.

Super explotación: Quiere decir que cada trabajador, si tomamos la cantidad informada por la empresa de 1.100 (poco más de 300 de planta y poco más de 700 contratados) producirán casi US$ 770 millones al año. Calculando un sueldo de $ 30.000 al mes por cada trabajador (a $ 8 por dólar) tendríamos un monto total de US$ 49,50 millones al año en concepto de salarios. En síntesis: pagando US$ 50 millones en salarios, obtiene US$ 720 millones.

Despilfarro de agua: Sólo para la perforación de la roca que contiene el gas y el petróleo se requieren de 15 millones de litros de agua y, además, según la información de los medios a los que nos referimos, se necesitan unos 50.000 litros más para la producción diaria de 3.530 m3 de petróleo.

Despilfarro de energía eléctrica: Se consumen en El Trapial 32 megavatios de potencia, con usinas térmicas propias y una red eléctrica de 250 kilómetros de línea, con muchos tramos de tres cables. Un enjambre, así le dicen. El consumo es casi dos veces el de Rincón de los Sauces, o dos Plottier, o más que Centenario.

Contaminación y envenenamiento: Se utilizan más de 600 productos químicos (entre ellos: arsénico, bromuro, mercurio, vanadio, cromo y otros venenos) para la fractura de la roca en donde se encuentra aprisionado el petróleo y gas que se buscan con este método.

Posibles movimientos sísmicos: Producto de las pulverizaciones y fracturas de estas rocas, se producen movimientos geológicos de reacomodamiento.

Estas son sólo unas muestras comparativas de las “ventajas” que este gobierno al servicio de los monopolios nos ofrece.

Gran cinismo el de la presidenta al plantear que la lucha de los años ’70, fue realizada por nuestro pueblo para lograr “esta democracia”. Este Estado, a través de sus instituciones, ejerce una dictadura de los grandes monopolios para todo el resto de la población. El capital financiero ha concentrado la suma del poder público (gobierno, parlamento, justicia y todas las instituciones del Estado) para llevar adelante sus negocios a contrapelo y en franca oposición a los intereses inmediatos y a futuro del pueblo, sin reparar en las consecuencias que ello tenga para el presente y para las generaciones venideras. Esta es la cara más horrorosa del denominado “proyecto nacional y popular”.

Pero el horror que denunciamos, se enfrenta con las aspiraciones de nuestro pueblo a alcanzar una vida digna, imponer la democracia que se ejerce diariamente en cada lucha, la única democracia posible, y disfrutar no sólo de lo que se construye todos los días en la producción diaria, sino también con el debido cuidado de la naturaleza y los riquísimos recursos que nos ofrece nuestro territorio.

Tercer capítulo:

Varias conclusiones y un final predecible.

Hemos escuchado y leído, en este último año y medio, mucho sobre el descubrimiento de un nuevo combustible llamado shale gas y shale oil, que se aloja en las rocas a mucha profundidad, y que vendría a solucionar el paradigma energético en el que está sumido el sistema capitalista de producción. La extracción de shale se produce perforando las rocas donde se aloja el gas a grandes profundidades utilizando sistemas hidráulicos que consisten en mezclas de grandes cantidades de agua, con grandes cantidades de químicos a alta presión para fracturar la piedra y liberar el shale. Estos métodos de extracción contaminan miles de litros de agua produciendo además, con la fractura de estas rocas, temblores y riesgos de terremotos, razón por la cual dicha producción fue erradicada de Europa (salvo Polonia y Rusia).

Desde el punto de vista social, cualquiera puede plantearse cuáles son los problemas inmediatos a resolver desde lo energético. Y es que abocado a ello se encuentran miles de compatriotas luchando todos los días convocados desde un corte de luz en un barrio, hasta la problemática ambiental. El agotamiento de los recursos naturales acompañado de la contaminación acarrean ciertos métodos productivos, tanto en su fase de extracción o producción como en su fase de consumo (el sistema energético basado en el petróleo por ejemplo contamina durante su extracción por el venteo de gas que se sigue realizando, y a su vez el residuo de la combustión de cualquier motor movilizado por hidrocarburos, arroja monóxido y dióxido de carbono a la atmósfera generando el famoso efecto invernadero y provocando el calentamiento global); en otros casos es el peligro de su implementación (como ocurre con la energía atómica). 
Es decir que la problemática energética vista desde la necesidad social no consiste en encontrar medios de generación de energía no convencionales, sino medios renovables y sanos. Observado desde la órbita del sistema capitalista de producción el problema es muy distinto, absolutamente lejano a la necesidad social. Y es que el sistema vive una crisis permanente y estructural. 
La razón de ser del capital es reproducir la ganancia, acumular capital con el menor costo posible y por ende con el mayor grado de explotación de sus partes integrantes, ya sea la mano de obra o los recursos naturales extraídos. Sus problemas son cómo llevar adelante sus negocios y para ello necesitan energía. 

Pero no precisan cualquier tipo de energía, pues como lo que priva es el desarrollo del mercado y no el beneficio del hombre, la energía deja de ser un bien de consumo para convertirse en una mercancía más, que como tal debe resultar rentable; rentable desde el punto de vista de la ganancia económica de quien la domine y no desde la necesidad social. Es por ello que nos anuncian exaltados el descubrimiento del shale gas como medio no convencional, puesto que puede suplir al petróleo corriente sin la necesidad de realizar un cambio estructural de fondo en el sistema energético mundial. Significa lisa y llanamente patear el problema para adelante y apretar a fondo el acelerador de los negociados. Por ello la burguesía a nivel mundial presta especial atención al negocio del shale invirtiendo en investigación y exploración, y es por eso que la Argentina es una zona estratégica para la oligarquía financiera al tener grandes reservas de este recurso.

¿Por qué realizarían inversiones en medios sustentables y no contaminantes si ello implicaría reducir un mercado? Su necesidad estratégica es contraria a las necesidades que tenemos como sociedad, y como tal luchan para oprimir y eliminar todo intento de los pueblos de implementar tecnologías que no impliquen una máxima obtención de plusvalía. El problema energético representa sólo una arista más del lastre que significa el sistema capitalista de producción para el desarrollo en todos los planos de la ciencia y la producción.

Es en la medicina donde más fácil se logra observar esta diferencia, donde el grado de desarrollo científico demanda la investigación y aplicación de métodos preventivos y el desarrollo e investigación de curas para determinadas enfermedades curables. Muy por el contrario, el sistema, mediante las industrias farmacéuticas, desarrolla enfermedades para propagar en los pueblos y luego venderles su medicamento; o crean tratamientos costosísimos para algunas enfermedades curables reprimiendo y destruyendo todo intento de investigación que implique el descubrimiento de medicamentos para combatir dichas enfermedades. Otro tanto se observa en el desarrollo de la genética, cada vez más abocado a la generación de granos transgénicos para abaratar costos en la industria agropecuaria a costa de un producto y formas de producción insalubres para los pueblos.

Son esos, algunos de los problemas de la burguesía que, como vemos diariamente, distan mucho de las necesidades y aspiraciones de la sociedad en general y del hombre en particular. Es esa polarización entre las necesidades del sistema productivo y el grado de socialización de la producción el que genera una crisis irreversible y estructural del mismo. Y es ese descubrimiento el que lleva al Estado argentino a expropiar con flores y alardes a YPF del grupo Repsol.

¿Cual es el rol que cumple el Estado en todo esto?

Antes de realizarse la expropiación de YPF la presidenta se reunió con un grupo de empresas de las cuales no formaba parte Repsol-YPF, las cuales incluía Exxon Mobile, Citi Bank y Banks of America. Luego de un período de reestructuración se dieron a conocer diversas noticias de contratos entre YPF y estas empresas monopólicas que formaron parte de dicha reunión:

1°) YPF cedió el 50% de las ganancias al grupo The Dow Chemical Company, para el desarrollo conjunto del primer yacimiento de shale gas en Vaca Muerta.

2°) En diciembre YPF firmó otro acuerdo con Pan American Energy para la explotación de Vaca Muerta de US$ 3.400 millones a término en 5 años.

3°) Firmó con el grupo local Bridas International para desarrollar áreas con hidrocarburos no convencionales en la formación Vaca Muerta. YPF cedería el 50 por ciento de su participación en las áreas de Bajada de Añelo y Bandurria, las cuales comprenden una extensión de 201 km2 y 462,4 km2.

3°) “YPF firmó un acuerdo con Chevron para perforar más de 1.000 pozos con una inversión total cercana a los 15.000 millones de dólares. Durante una videoconferencia transmitida desde Houston, Estados Unidos, el vicepresidente de Chevron para América Latina y África, Alí Moshiri, descartó por su parte inconvenientes para concretar la inversión ante las demandas contra la firma por parte del gobierno de Ecuador y las eventuales acciones legales de Repsol, la ex titular de YPF. “Nada va a impedir el programa”, enfatizó Moshiri en la videoconferencia. “
“Según informaron los directivos de ambas compañías, el entendimiento se alcanzó bajo un acuerdo del tipo “farm-in”, por el cual YPF tiene la posibilidad de aportar la concesión sobre el área y compartir con Chevron los costos de exploración y explotación, además de know how y tecnología.” Cabe destacar que el acuerdo con Chevron es por ahora referente a la exploración de pozos, pero no se especificó todavía cómo se dividirán las ganancias una vez comenzada la extracción y producción del shale.

¡Y todo esto en un lapso menor a 9 meses!

Otros entrecruzamientos empresariales que podemos mencionar es que junto con Dow y Petrobras, YPF es accionista en Compañía Mega y recientemente firmó acuerdos con YPFB (Yacimientos petrolíferos fiscales bolivianos) para avanzar en proyectos conjuntos y realizar transferencia tecnológica para la exploración y desarrollo. El día jueves 11/04/2013 el gobierno nacional declaraba pomposamente que congelaría el precio de la nafta por seis meses, anuncio con vigencia desde el mismo día en que se anunciaba el discurso. Ya el viernes 12/04/2013, YPF anuncia un aumento en el precio de la nafta del 7%, y las empresas ESSO y Petrobras anunciaban aumentos que entrarían en vigencia a partir del lunes y martes siguientes. Resulta que el congelamiento del precio de la nafta era con referencia al precio máximo fijado en aquel momento, que era el de la Shell, es decir que la medida económica anunciada por el gobierno fue lisa y llanamente una medida para elevar el precio de la nafta y estandarizar el de dichas empresas con respecto al precio máximo de mercado que en este caso era el de Shell. Con esto queda en evidencia el nivel de transnacionalización del capital, que escapa cualquier esfera de lo nacional por más bandería política que se quiera implementar. YPF tiene empresas en común con Petrobras y Dow, trabaja a la par de YPFB para desarrollar tecnología que mas adelante le será concesionada a otras empresas como Dow y “otros” capitales como la Pan American Energy o Chevron. En resumidas cuentas, el nivel de entrecruzamiento, las redes del capital son tan grandes que ya no se tratan de interés de tal o cual empresa, de tal o cual Estado, sino de capitales concebidos como monopolistas, grandes pulpos que arman y desarman políticas de Estado con el único afán de la extracción de plusvalía y la explotación de los trabajadores. Y es en ese contesto que nos quieren vender la nacionalización de YPF como una política popular, cuando no se trata de otra cosa que de una puja de intereses en el seno de la burguesía.

Antes de concretarse la expropiación de YPF al grupo REPSOL, la oligarquía financiera ya tenía dividida la torta. Por más discurso nacionalista que quieran inventar, la realidad de estos acuerdos resulta innegable. Pero además de la acción directa que significa la “expropiación” de YPF a este grupo, para entregárselo a otros más poderosos, el Estado desarrolla y coloca todas sus instituciones al servicio de dichos intereses. Así, el año pasado se funda el centro de INTI-Petróleo en la provincia de Santa Cruz donde “(…) realizarán investigaciones y desarrollos de tecnología industrial en el área de los hidrocarburos para transferir esos conocimientos al sistema productivo(…)”

Además declaraba Daniel Maurano, director del centro, que “los laboratorios que se van a instalar en Comodoro Rivadavia, van a ser muy importantes para las PyMes y para las operadoras petroleras como YPF, Pan American Energy, Tecpetrol, Capsa, Sipetrol” (destacamos que la Pan American Energy fue la primera en recibir dichas capacitaciones). 

Los sucesos demuestran cada vez más palmariamente el carácter de clase del Estado como una superestructura gerenciada por la oligarquía financiera y con todas las herramientas que le pertenecen puestas a su disposición. Vemos cómo las necesidades de la sociedad se aíslan en un polo cada vez más opuesto al de los intereses de la oligarquía financiera apuntando los resortes de la economía, la ciencia y la tecnología hacia el desarrollo de un sistema que eleva la producción de mercancías y la extracción de plusvalía, por encima de las necesidades inmediatas y futuras de la humanidad y en detrimento de ellas.






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