viernes, 11 de octubre de 2013

Falleció el criminal de guerra nazi Erich Priebke.

El exoficial de las SS Erich Priebke, condenado en 1998 a cadena perpetua en Italia por la masacre de las Fosas Ardeatinas de Roma en 1944 tras haber pasado parte de su vida en el país, murió este viernes a los 100 años de edad en la capital italiana.

El nazi Erich Priebke, capitán de la SS y autor de crímenes de guerra en Italia durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), murió a los 100 años en la ciudad de Roma, donde se encontraba bajo arresto domiciliario desde que fue extraditado desde Argentina en el año 1995.

La muerte de Priebke, ocurrida en su domicilio en la capital italiana, fue anunciada por su abogado Paolo Giachini, quien confirmó que el ex capitán de la unidad paramilitar del Partido Nazi alemán dejó como legado "una entrevista y un vídeo".
Se trata, según Giachini, de "un testamento humano y político".
Priebke vivió muchos años en Bariloche, Argentina, ocultando su pasado nazi, y en el año 1995 fue extraditado a Italia, donde quedó bajo arresto domiciliario, recordaron las agencias de noticias DPA y EFE.

Priebke, berlinés de nacimiento, fue capitán de las SS. Destinado a Italia en el año 1943, participó allí en la llamada "Matanza de las Fosas Ardeatinas".

La matanza de la Fosas Ardeatinas -14 kilómetros al sur de Roma-ocurrió el 24 de marzo de 1944, cuando 335 italianos -en su mayoría presos políticos recluidos en la cárcel romana de Regina Coeli, y 75 judíos escogidos al azar- fueron fusilados por los nazis.

Se trató de una de sus tradicionales represalias, en este caso por la muerte de 33 soldados alemanes en un atentado cometido el día anterior por los partisanos en la Via Rasella, donde se encontraba la sede romana de la Gestapo.

En este caso la represalia fue por la explosión de una bomba en la vía Rasella -en la Roma ocupada por Alemania- el 23 de marzo de 1944, al paso de un grupo de soldados alemanes que regresaban de realizar maniobras de guerra, matando a 31 de ellos.

Como respuesta Adolf Hitler ordenó ejecutar a 10 italianos por cada alemán muerto.

El jefe de la policía y los servicios secretos alemanes en Roma, Herbert Kappler, encargado de ejecutar la represión, seleccionó al azar 355 presos de varias cárceles romanas, entre ellos decenas de judíos, que al día siguiente fueron conducidos por Priebke en camiones hasta unas minas abandonadas a las afueras de Roma conocidas como Fosas Ardeatinas.

Allí, tras ser introducidos en pequeños grupos fueron ejecutados con un disparo en la nuca, tras lo cual los soldados nazis barrenaron las entradas a las minas para sellarlas.

Finalizada la II Guerra Mundial (1945), Priebke fue internado en un campo británico de prisioneros, del que se escapó en 1946 y huyó a Argentina, como otros muchos centenares de nazis, con ayuda de Odessa, la organización clandestina de ex-combatientes alemanes.

Tras permanecer cinco años en Buenos Aires con su esposa, en 1951 se trasladó a la ciudad de Bariloche donde permaneció hasta ser descubierto por la prensa en 1994, lo que supuso su extradición a Italia.

En Italia fue condenado a cadena perpetua en el año 1998, fecha desde la que permanecía bajo arresto domiciliario debido a su avanzada edad.

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