viernes, 25 de octubre de 2013

Con pocas empresas consultoras animándose a apostar por las tendencias, y varios cierres de campaña realizados ayer, comenzó la veda electoral a las 8 hs de hoy.

Sergio Massa y Martín Insaurralde -principales candidatos y todavía intendentes- eligieron despedirse jugando de local en sus distritos. 


Massa, primero en las encuestas y ganador de las primarias de agosto, fue el único orador en un acto realizado en el microestadio de General Pacheco, ante cerca de 9 mil seguidores. "No debemos construir sobre la idea de que uno es enemigo del otro", dijo el líder del Frente Renovador, que hizo su ingreso con un himno del grupo AC/DC (Hell Bells) y estuvo acompañado por los 20 intendentes que componen su espacio y la mayoría de los candidatos a concejales y diputados. Los organizadores diseñaron una puesta en escena similar a la que se implementó en el lanzamiento. Mucho color, pantallas de led, tecnología y banderas celestes y blancas.

Insaurralde, en tanto, habló en el Parque Eva Perón de Lomas de Zamora. No estuvo la Presidenta, todavía de reposo y sin estar al tanto de las noticias, pero en cambio asistieron funcionarios del Gobierno nacional, el gobernador Daniel Scioli -quien también tomó la palabra- y numerosos intendentes bonaerenses. "El futuro no es empezar todo de nuevo, eso es el pasado, porque si uno promete algo distinto todos los días eso es destruir y a la patria no se la destruye, se la construye todos los días", dijo el jefe comunal lomense.

Por su parte, Margarita Stolbizer -tercera en las encuestas- fue protagonista con el “Hangout de la esperanza”, en el cual dio un saludo junto a su compañero de boleta, Ricardo Alfonsín, con quien hizo referencia a los saludos e inquietudes que fueron llegando vía redes sociales durante todo el día. El acto central fue en La Plata. Hubo baile y caminata, con un grupo de músicos en vivo como banda de sonido. "Somos el voto ético del que nadie se va a arrepentir", dijeron.

De Narváez, en tanto, caminó por el centro de San Justo y, como en las últimas dos elecciones, se sentó a una de las mesas del bar Tokio, donde habló con seguidores. Junto a camioneros, repartió boletas y buscó mostrarse como la opción “más confiable” para combatir la inseguridad, principal eje de la campaña. "Me hubiera gustado tener un debate", se quejó en un dardo a Sergio Massa, del Frente Renovador, que frustró el cruce de candidatos.

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