Todo sucedió rápidamente. Decenas de trabajadores estatales permanecían pacíficamente en el Municipio de Quilmes. Reclamaban por la reincorporación de diez compañeros. De repente, efectivos de Infantería los desalojaron con gases y balas de gomas.
Según Selva Guillén, secretaria general de ATE Quilmes, cerca de 20 personas permanecían internadas en el hospital local.
ATE mantenía la protesta desde el martes pasado a la espera de una reunión para tratar la reincorporación de los diez trabajadores municipales despedidos, además del pase a planta permanente prometido en marzo para cientos de empleados.
Durante una reunión desarrollada en La Plata, los funcionarios había prometido que los atendería el intendente de Quilmes, Francisco Gutiérrez. A pesar de su ausencia, los trabajadores fueron recibidos por representantes distritales, quienes rechazaron la posibilidad de reincorporar a los trabajadores despedidos.
Ante esta situación, la asamblea votó permanecer en el edificio, tras lo cual, comenzaron a ser reprimidos por efectivos de Infantería.
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