Stefano Cabizza, un estudiante de 19 años de edad, de Padua en el noreste de Italia, le había enviado una carta al Papa, reportó el diario local Il Gazzettino, este jueves.
Sin embargo, el joven no esperaba que sonara el teléfono y una voz en el otro extremo le dijera, "Hola, soy el Papa".
Cabizza dijo que los dos "se rieron y charlaron durante ocho minutos" y que Francisco lo bendijo.
El Papa, antes el arzobispo de Buenos Aires, hace muchas llamadas directamente, una ruptura con el protocolo en virtud del cual las llamadas generalmente son hechas por asesores o por lo menos a través de la centralita del Vaticano. El día que fue electo Papa, llamó a un quiosco de Buenos Aires para cancelar su suscripción a un periódico.
Hace poco llamó un hombre italiano que quedó paralítico tras un accidente de automóvil, que recientemente había perdido a su hermano.
La llamada telefónica a Stefano, es el mas reciente ejemplo de la determinación del Papa Francisco de tener los pies sobre la tierra, haciendo caso omiso a los privilegios que le otorga el cargo, a la vez que envía un mensaje a los llamados "Príncipes de la Iglesia" a seguir su ejemplo.
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