lunes, 29 de julio de 2013

Francisco: "¿Quién soy yo para juzgar a un gay?".

El papa Francisco regresó esta mañana a Roma procedente de Río de Janeiro, donde asistió a la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que durante una semana congregó a más de dos millones de jóvenes.

El avión que trasladó al papa argentino, un Airbus A330 de la compañía Alitalia, aterrizó en el aeropuerto de Ciampino a las 11.25 hora local (6.25 de Argentina), luego de recorrer los 9.201 kilómetros que separan la ciudad carioca de la capital italiana.

En el avión, respondió preguntas de los 71 periodistas que viajaron con él, algunas de extrema sensibilidad para la autoridad que detenta, como el matrimonio igualitario y el aborto.

Cuando le preguntaron por el supuesto "lobby gay" en el Vaticano, respondió que "se debe distinguir entre el hecho de ser gay del hecho de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno".

"Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El catecismo de la Iglesia católica dice que no se deben marginar a estas personas por eso", sostuvo, y agregó: "Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es tener esta tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby".

Consultado sobre por qué no habló de estos temas en Brasil, respondió: "Tampoco hablé sobre la estafa y la mentira. La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso, no era necesario volver sobre eso. Los jóvenes saben perfectamente cuál es la postura de la Iglesia".

El Papa también opinó sobre la ordenación de las mujeres y sostuvo que la Iglesia continuará con la negativa: "Lo ha dicho Juan Pablo II, pero con una formulación definitiva. Esa puerta está cerrada". Sin embargo, buscó poner paños fríos a esta cuestión para evitar confrontar: "La Virgen María era más importante que los apóstoles y que los obispos y que los diáconos y los sacerdotes. La mujer en la Iglesia es más importante que los obispos y que los curas".

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