lunes, 10 de junio de 2013

"Lo que tarda la compañera Evita…" por Carlos del Frade

Las publicidades de los bancos y los supermercados, ya sea para multiplicar o ahorrar dinero, muestran la imagen de Julio Argentino Roca como sinónimo del billete de mayor circulación en la vida de los argentinos.

A pesar de que el gobierno ya decidió e imprimió los papeles con la cara de Evita, Roca resiste y tiene varios defensores. No solamente desde lo histórico y político, sino también en lo que sucede con los pueblos originarios y sus tierras, justamente por la decisión de los que impulsaron su reemplazo por la figura de la abanderada de los humildes. Evita tarda en reemplazar a Roca no solamente en los billetes sino también en la realidad existencial.

“En 1879 el país entero saludó alborozado y optimista la recuperación de nuestros territorios patagónicos y chaqueños. Ambos peligraban. La soberanía argentina era especialmente codiciada por el vecino allende Los Andes. Algunos aborígenes traficaban en Chile ganado robado en nuestras pampas y allí recibían armamento y alicientes para que prosigan con sus periódicas destrucciones…Roca fue el impulsor de las más trascendente transformaciones en las tres décadas que ejerció un notable liderazgo político en el país”, acaba de escribir en un proyecto de resolución, el diputado nacional de UNIR, Alberto Asseff, en defensa del Videla del siglo diecinueve.

El 31 de diciembre de 1878, el diario “El Nacional” titulaba: "Entrega de indios": "Los miércoles y los viernes se efectuará la entrega de indios y chinas a las familias de esta ciudad, por medio de la Sociedad de Beneficencia". La misma publicación agregaba que "la desesperación, el llanto no cesa. Se les quita a las madres sus hijos para en su presencia regalarlos, a pesar de los gritos, los alaridos y las súplicas que hincadas y con los brazos al cielo dirigen las mujeres indias. En aquel marco humano unos se tapan la cara, otros miran resignadamente al suelo, la madre aprieta contra su seno al hijo de sus entrañas, el padre se cruza por delante para defender a su familia".

Los datos históricos agregan que la ley de remate público del 3 de diciembre de 1882 otorgó 5.473.033 de hectáreas a los especuladores. Otra ley, la 1552 llamada con el irónico nombre de "derechos posesorios", adjudicó 820.305 hectáreas a 150 propietarios. La ley de "premios militares" del 5 de setiembre de 1885, entregó a 541 oficiales superiores del Ejército Argentino 4.679.510 hectáreas en las actuales provincias de La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut y Tierra del Fuego. Y, por otro lado, el Congreso de la Nación premió al general Roca con otras 15.000 hectáreas. Para el historiador Felipe Pigna: “La llamada "conquista del desierto" sirvió para que entre 1876 y 1903, es decir, en 27 años, el Estado regalase o vendiese por moneditas 41.787.023 hectáreas a 1.843 terratenientes vinculados estrechamente por lazos económicos y/o familiares a los diferentes gobiernos que se sucedieron en aquel período”. Eso es lo que defiende el diputado Asseff.

Pero Roca también insiste por otros medios.

La Cumbre Nacional de Pueblos y Organizaciones Indígenas acaba de denunciar que el censo de las comunidades no se realizó en su totalidad porque se gastó el 76 por ciento del dinero y sólo se relevó el 24,5 por ciento de ellas.

“Las cifras son más impactantes si las sometemos a un análisis cualitativo y tomamos las provincias de más alta conflictividad con los pueblos indígenas como Salta, Jujuy, Formosa, Chaco y Neuquén. En estas provincias está el 66,5 por ciento del total de las comunidades indígenas del país y en ellas el programa de relevamiento sólo se ha cumplido en un 4,11 por ciento”, apunta el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen.

Roca sigue vigente no solamente en los billetes sino también en la realidad argentina del siglo veintiuno.


Por eso tarda tanto la compañera Evita…

No hay comentarios:

Publicar un comentario