viernes, 4 de octubre de 2013

El papa Francisco pidió en Asís por el fin de la agresión en Siria y que los católicos sigan el ejemplo de pobreza de San Francisco.


El Papa Francisco visita hoy la ciudad de Asís, donde el Santo que inspira que su papado se despojó de sus bienes para consagrarse a los pobres.

El Sumo Pontífice reitera hoy, en esa ciudad emblemática, su mensaje de una Iglesia pobre y para los pobres. El Papa tendrá una agenda muy cargada, ya que además de rezar frente a la tumba del Santo y ofrecer misa para una multitud que lo esperará en la plaza central de la ciudad, visitará enfermos y centros de caridad.

Francisco dijo hoy que "la Iglesia debe despojarse de toda mundanidad espiritual, que mata el alma y a las personas y a la propia Iglesia", durante su encuentro con los pobres en la Sala de Expoliación del Obispado de Asís, ciudad de San Francisco.

El mensaje sobre la Iglesia lo pronunció improvisadamente el papa en el lugar donde San Francisco se despojó de sus vestidos, en la llamada "Sala del Expolio" del palacio del Obispado de Asís, donde se recuerda el revolucionario gesto del Santo, que se desnudó para quitarse todas las riquezas terrenales.

El papa, que llegó a Asís antes de la 7.45 horas (05.45 GMT) y visitó el santuario de San Damián, aseguró que esta es una buena ocasión para invitar a iglesia a despojarse de su mundanidad , "que lleva a la vanidad, a la prepotencia, al orgullo".

El papa argentino recordó que en ese lugar Francisco se despojó de todo, delante de su padre, del obispo y del pueblo de Asís.
"Esta es una buena ocasión para invitar a Iglesia a despojarse, todos somos Iglesia, y todos debemos hacer el camino de Jesús, que ha hecho, un camino de despojo", dijo.

"Si queremos ser cristianos no hay un único camino, si hacemos un cristianismo sin la cruz de Jesús nos convertiremos en cristianos de pastelería", añadió.

Ante un grupo de inmigrantes y necesitados, el papa recordó que Jesús dice que no se puede servir a dos patrones, o se sirve a Dios o a la mundanidad: al dinero, a la vanidad y al orgullo. "La mundanidad espiritual asesina el alma y mata a las personas, mata a la Iglesia", mantuvo Bergoglio.

Y aseguró: "Tantos habéis sido desnudados de esto mundo salvaje que no da trabajo, que no ayuda, que no importa si mueren de hambre en el mundo ni importa si tantas familias no tiene para comer, no tiene la dignidad de llevar al pan a casa".

No importa -continuó- "que tanta gente huya de la esclavitud, del hambre, huir buscando la libertad y tantas veces vemos que encuentran la muerte como ocurrió ayer en Lampedusa", en referencia a la embarcación cargada de inmigrantes en la que murieron al menos 111 personas y dos centenares permanecen desaparecidas.

"Desde esta ciudad de la paz repito con la fuerza del amor: respetemos la creación, no seamos instrumento de su destrucción. Escuchemos el grito de los que lloran, sufren y mueren a causa de la violencia, del terrorismo o de la guerra, en Tierra Santa -tan amada por San Francisco-, en Siria, en todo Medio Oriente, en el mundo", fue el ruego del Papa. "Nos dirigimos a ti, Francisco, y te pedimos el don de que en todo el mundo haya armonía, paz y respeto por todo lo creado", insistió.

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