viernes, 4 de octubre de 2013

El primer destino de los españoles en crisis es Argentina.

Desde 2007, el número de hispanos que tramitan la residencia en el país se triplicó. Consiguieron trabajo, aunque reconocen que les costó adaptarse y todavía extrañan. Historias de desarraigo y esperanza.

El último trabajo que tuvo Sara Bailac en España fue como telemarketer en una empresa aseguradora. Tenía una licenciatura en ciencias políticas, un master en igualdad de género y otro en cooperación internacional y manejaba varios idiomas. Pero sólo la contrataron para atender el teléfono y mandar grúas a los conductores que se quedaban en la ruta. “Me trataban como la mierda. Al lado mío había gente que ni siquiera había terminado el secundario y yo me sentí infravalorada e impotente porque hice todo lo que me dijeron que había que hacer para triunfar o tener una vida digna y me cagaron por todos lados”. Bailac es catalana, inmigró a la Argentina hace nueve meses y como tantos compatriotas, está tramitando la residencia. Es una de las 17.449 personas que en 2012 hizo las valijas y con todos sus bártulos a cuestas dejó España por la Argentina.

El Estado de bienestar que supo caracterizar al país ibérico sólo sigue presente en los libros de historia, y desde el 2008 el gobierno español –que cuando estalló la crisis lideraba José Luis Zapatero y hoy conduce Mariano Rajoy– implementa un ajuste salvaje. Los “parados” representan el 27,16 por ciento de la población activa, mientras que en la Argentina la desocupación es del 7,2 por ciento. Y al desempleo se suma el aumento de la brecha entre ricos y pobres, la reducción del presupuesto en salud y educación y la inmensa cantidad de “indignados” que cada tanto colma las calles de España para reclamar condiciones de vida digna. Estos son apenas algunos de los clivajes que pusieron en jaque el statu quo económico y social que supo tener España.

La madre patria comparte con la zona euro la realidad de la población envejecida: cada vez la gente tiene menos hijos y eso se ve reflejado en los registros demográficos. Y a esa condición se suma la cada vez más contundente migración por causas económicas: sólo el año pasado 114.413 ciudadanos españoles fueron inscriptos en el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE). Y la Argentina se ubica como el país más elegido por lejos, seguido por Brasil, Cuba, Francia y Estados Unidos.

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