Bertone es desplazado por Francisco, finaliza una larga interna.

Bertone aparece en el centro de los principales escándalos en la curia de los últimos años, desde el Banco de Dios hasta el ocultamiento de casos de pedofilia. Es otro paso de Bergoglio para cambiar de raíz a la Santa Sede.

En una iniciativa esperada hace tiempo, el Papa Francisco habría decidido remplazar al número dos del Vaticano, Tarcisio Bertone, y nombraría, como nuevo secretario de Estado, al nuncio en Venezuela, Pietro Parolin. Según el diario de Milán Corriere della Sera, el anuncio oficial sería dado hoy mismo: Jorge Mario Bergoglio "destronaría" al hombre de confianza del ahora Papa Emérito Benedicto XVI, terminando así con la "era Bertone"; una época plagada sombras y criticada por muchos por haber obstaculizado los intentos de "limpieza" dentro los muros la Santa Sede.

A diferencia de Bertone –quien el próximo 2 de diciembre cumplirá 79 años− Parolin, que tiene 58, es considerado "joven". Sacerdote desde 1980, el nuevo "primer ministro" del Vaticano forma parte desde 1986 del servicio diplomático de la Santa Sede: cargo que lo llevó a trabajar en Nigeria, desde el '86 hasta el '89, y en México, desde el '89 hasta el '92. En 2002, el hombre nacido en Schiavon (un pequeño pueblo en la provincia de Vicenza, al norte de Italia) fue nombrado subsecretario de la sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaria de Estado del Vaticano: una especie de "viceministro" de Relaciones Exteriores. En 2009, Joseph Ratzinger, quien ese mismo año lo había nombrado nuncio en Venezuela, lo consagró obispo. 

Si bien todos dan por hecho el nombramiento de Parolin –que comenzaría a ejercer su cargo recién a mediados de octubre−, en la prensa local también gira el nombre del gobernador de la ciudad del Vaticano, monseñor Giuseppe Bertello.

Bertone conservará su cargo de Camarlengo –el prelado que se ocupa de la gestión del período vacante: lapso temporal entre la muerte o dimisión de un Papa y la elección del nuevo pontífice−, puesto que ocupa desde 2007, y, por el momento, seguirá ejerciendo la presidencia del Consejo de Cardenales de la superintendencia del Instituto para las Obras de Religión (IOR).

Según el Corriere della Sera, la designación del nuevo secretario se habría "acelerado" por un encuentro de "esclarecimiento", a mediados de este mes, entre Francisco y Bertone, quien había sido nombrado por Benedicto XVI el 22 de junio de 2006. En dicha reunión, el todavía secretario de Estado vaticano se habría lamentado de ser una "víctima" del escándalo de filtración de documentos secretos de la Santa Sede, conocido como Vatileaks, y de polémicas en torno al IOR, y habría pretendido de Bergoglio un gesto de confianza pública hacia su figura. En práctica, según la prensa local, Bertone pretendería que Francisco lo deje a cargo de la comisión sobre el IOR, ignorando el límite de edad.

Durante el cónclave, Bertone y el decano del colegio cardinalicio, Angelo Sodano −quienes por años estuvieron enfrentados en una guerra abierta por la supremacía dentro la Santa Sede− se habían unido en su batalla conservadora alrededor de la figura de Angelo Scola, el arzobispo de Milán que, para muchos, era una garantía para dejar intactos los intereses de la curia romana.