jueves, 11 de julio de 2013

Brasil vive la huelga general más importante en más de 20 años.

Las centrales sindicales realizan hoy el primer paro general desde que se inició en 2003 desde la llega del Partido de los Trabajadores (PT) al gobierno, en consonancia con las recientes protestas que paralizaron al país.


La huelga, que paralizará servicios esenciales del país, como bancos, industria, transporte público, construcción civil y entes públicos, fue acordada por las centrales sindicales, que históricamente han actuado en forma separada e incluso como enemigas en el marco de las revueltas populares que sacudieron a Brasil durante casi tres semanas el mes pasado.

"Las manifestaciones que antecedieron a la convocatoria de esta huelga se muestran nuevas para los propios partidos y centrales sindicales. Esta sociabilidad es algo inédito en Brasil. Una plataforma reivindicativa de cierta forma única y con un objetivo claro: hacer avanzar al país con una inversión de prioridades", resumió el sociólogo Adão Clóvis Martins, quien trabaja en el Departamento de Ciencias Sociales de la Pontifica Universidad de Río Grande do Sul.

Bautizada por los sindicatos como el "Día Nacional de Lucha", la huelga, que será la cuarta realizada desde que se declaró la Independencia del país en 1822, busca presionar a todas las esferas del gobierno -federal, provincial y municipal- para que atiendan las
"olvidadas" demandas de los trabajadores, quienes no se vieron representados por los millares de manifestantes que salieron a las calles durante la realización de la Copa Confederaciones.

"El gobierno está entre la espada y la pared y muy sensible a las demandas que vienen de las calles. Es la hora precisa para que expresemos nuestras demandas laborales con más fuerza aún. Este movimiento tiene rostro, tiene identidad, sabe que lucha y hace décadas está en las calles", expresó el presidente de la central Fuerza Sindical de Santa Catarina, Osvaldo Mafra.

Además de la Fuerza Sindical acordaron la huelga al mayor central sindical del país, la Central Única de Trabajadores (CUT), la Central de Trabajadores y Trabajadoras de Brasil (CTB), la Central Sindical y Popular (CSPConlutas), la Unión General de los Trabajadores (UGT) y la Nueva Central.

Los dirigentes sindicales de todas las centrales, reunidos hoy para ultimar los detalles de la huelga, que además de paralización incluye marchas, movilizaciones, actos y otras actividades, avisaron que en caso de que el gobierno no "abra las puertas" para la negociación, este tipo de medidas pueden volver a ocurrir.

"Queremos ser recibidos. Queremos un posicionamiento concreto para que nuestras demandas, de tantos años, sean atendidas", resumió Mafra.

Las demandas acordadas por las centrales sindicales son la reducción de la jornada de trabajo de 44 para 40 horas semanales sin reducción de salarios; el incremento de las jubilaciones, mayores inversiones en salud, educación y seguridad, transporte público de calidad, reformas agraria y urbana y el fin de las subastas de exploración de petróleo, entre otras.

La última huelga general realizada en Brasil fue en el año 1991, durante el gobierno del ex presidente y actual senador Fernando Collor de Mello, y contó con la participación de unas 20 millones de personas que bajaron los brazos en demanda de mejoras salariales, defensa de servicios públicos, reforma agraria y fin de la inflación.

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