lunes, 27 de mayo de 2013

La balada del reciclado, por Carlos Del Frade

Uno se pregunta si no es una tarea inútil la nuestra, eso de escribir fatigosamente, de atornillarse a una silla sin saber si vamos a trascender ese acto individual y llegar a un público. A veces ocurre que las ganas de escribir son como una enfermedad y uno escribe para curarse. He dicho muchas veces que yo no escribo la Historia sino las historias de las gentes, de los hombres concretos. Escribo para rescatar hechos, para rescatarme a mí mismo. Podría decirles más: creo que toda mi obra es una obsesiva lucha contra el tiempo, contra el olvido de los seres y las cosas. Uno siente que envejece, que se va y quiere que algunas cosas, de alguna manera, permanezcan. Es una cuestión, diríamos, metafísica, y determina todo lo que escribo – dijo alguna vez uno de los mejores escritores de lengua española, Haroldo Conti, desaparecido el 5 de mayo de 1976.

Treinta y siete años después, permanecen los relatos de Haroldo y también permanecía la impunidad de uno de sus aparentes secuestradores. El jueves 16 de mayo pasado, Rubén Osvaldo Bufano, un ex agente de Inteligencia del Batallón 601 del Ejército, fue detenido en su domicilio de la calle Santa Rosa, del Barrio Centinela II, en Rivadavia, San Juan, y trasladado a la Capital Federal, donde fue puesto a disposición del juez federal Gonella. Se lo acusa a Bufano, entre otros cargos, de haber participado en una asociación criminal que secuestraba empresarios para pedir rescates a fines de los '70 y comienzos de los '80. De hecho, fue una vez capturado en Suiza al intentar cobrar el rescate por Fernando Combal, y luego extraditado a la Argentina, donde se lo excarceló por "falta de méritos" y finalmente se lo desprocesó, con fallo de la Corte Suprema. En el informe de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas, “Nunca Más”, Bufano aparece como uno de los responsables del secuestro de Haroldo Conti asumiendo la personalidad de un compañero de militancia, hecho desmentido por Marcelo Conti, uno de los hijos de Haroldo en diálogo con APE.

En el año 2010, este cronista escribió que Bufano coordinó las tareas de la seguridad privada de la Barrick Gold en el yacimiento Veladero, en la provincia de San Juan, a partir de 2006, confirmaron fuentes sindicales y profesionales de aquella capital cuyana. Hoy, el ahora empresario del rubro intenta obtener una cátedra sobre "inteligencia y seguridad" en la Universidad Católica de San Juan, según confiaron militantes de Derechos Humanos.

El reciclaje de Bufano, también acusado de haber participado en la llamada Masacre de Fátima, en Pilar, provincia de Buenos Aires, se inscribe en la lógica de la policía particular de la multinacional minera que, en estos días, volvió a ser denunciada por "perseguir" y "escuchar los llamados telefónicos" de los ambientalistas de la Unión de Asambleas Ciudadanas.

Ramón Gómez Medero, integrante de la Unión de Asambleas Ambientales de San Juan, sostiene que "la cuestión de la policía privada de la Barrick es un secreto que circula. En realidad, la mano de obra barata y sucia que trabaja para la empresa es la mismísima policía provincial. Pero el trabajo del seguimiento, las escuchas y las amenazas contra nosotros proviene de este tipo de expertos." Agrega que, cuando se hacían las movilizaciones en contra de las mineras a cielo abierto, Barrick tenía su oficina en pleno centro sanjuanino. "Desde allí hemos visto personas muy altas y rubias que no eran de acá y que formaban parte de esa seguridad privada. Los informes que nosotros tenemos nos dicen que se trata de hombres que formaron parte de conflictos bélicos internacionales, más precisamente que estuvieron en la guerra de Irak. Parece una película de ciencia ficción pero no lo es", dice Ramón.

Para el militante, fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de la capital cuyana, Eloy Camus, también autor del libro “Historia de víctimas del terrorismo de Estado. San Juan, Argentina”, Bufano llegó a la ciudad de la mano de Jorge Escobar, "el Fujimori de Menem, empresario exitoso que iba a generar un buen gobierno. En ese momento junto a un cabo del Ejército, Obredor, Bufano fundó OVYS y con esta empresa de seguridad empezaron a recibir los beneficios del gobierno de Escobar, que le daba a proteger las empresas del Estado, las privatizadas y de algunos sanatorios, como ADOS, entre otros establecimientos. Bufano está apañado por ese poder menemista que existe todavía en San Juan". Y agregaba que Bufano "camina libremente por las calles de San Juan como si fuera un señorón a pesar de que muchos sabemos de su pasado"

La presencia de Bufano en los planteles de seguridad privada de la Barrick reactualiza la historia de La Forestal, otra transnacional dedicada a la explotación de los recursos naturales, que durante los años veinte del siglo pasado armó a su propia policía, la "gendarmería volante", también llamada "Los Cardenales", con el apoyo del gobierno de Santa Fe.

Barrick Argentina respondió a través de Dante M. Ramos, por entonces director de Asuntos Corporativos, diciendo que “la empresa de seguridad Custo prestó servicios de seguridad en la operación minera Veladero durante los años 2004 y 2005. Durante eses período, ninguna persona llamada Rubén Osvaldo Bufano prestó servicios a Barrick en nombre de dicha compañía. Y, hasta donde es de nuestro conocimiento, la misma no pertenecía a dicha compañía en aquel entonces”. El párrafo es muy interesante porque revela el estrecho conocimiento de parte de la Barrick de la vida laboral y profesional de Bufano. Un saber que solamente puede ser hijo de una relación aceitada.

Hoy la Barrick, suspendida en Chile por su contaminación, sigue funcionando en la Argentina con el apoyo de la presidenta de la Nación y el gobernador de San Juan. Durante 2012 facturó 6.221 millones de pesos y ganó 2.409 millones de pesos netos. Una utilidad de más de 278 mil pesos por hora.

Según José Leiva, secretario general de la Organización Sindical Mineros Argentinos, de San Juan, “Bufano es un personaje de los tantos personajes oscuros que han pasado por esta bendita "Barrica" y este gobierno que tenemos acá en San Juan. Bufano era el jefe de la seguridad de quienes controlaban la Barrica, estaba a cargo de la empresa Pro Segur, fue la primera empresa que se contrató. Se manejaba de una manera muy cómoda, con total impunidad, paseaba por las calles de San Juan muy tranquilo pero desde hace algunos años cuando se empezó a investigar y a saber lo que realmente había pasado se hizo una investigación y esta persona dejó de andar por los lugares habituales por los que andaba normalmente”, sostuvo Leiva.

La impunidad de Bufano parece haber llegado a su fin. La cuestión es la impunidad de los demás represores reciclados y aquellos que los manejan, los verdaderos titiriteros. Esos intereses para los que no hay mucha diferencia entre dictaduras y democracias.

Fuentes: Investigación periodística del autor de esta crónica; carta de la Barrick del 7 de diciembre de 2010; agencia ACTA, de la CTA; entrevista a Marcelo Haroldo Conti, el martes 21 de mayo de 2013 en el programa “Radiohistorias”, de Radio Universidad de Rosario y diarios regionales.

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